Nuevos y más problemas técnicos obstaculizan el hecho de que pueda salir adelante la propuesta del nuevo Mercado Central de Elche, que el pasado equipo de gobierno del PP adjudicó y que, al actual tripartito, no le gusta, además de asegurar que hacer realidad esta iniciativa implicaría sobrecostes que no están contemplados en los distintos proyectos presentados.

En este caso, más que avanzar, parece que se retrocede porque, en primer lugar, la penúltima solución de tráfico presentada por la concesionaria, Aparcisa, sobre cómo entrarían y saldrían los vehículos del futurible aparcamiento subterráneo y cómo afectaría a toda la circulación de la zona centro, no es que no sea buena, es que, a juicio de los técnicos municipales, es la peor de todas las presentadas hasta la fecha.

Y, esto, por numerosas razones, como la falta de seguridad vial o la manifiesta incapacidad de la calle Salitre (Alfonso XII norte) de absorber, según los cálculos, 644 vehículos a la hora cuando en estos momentos la transitan unos 84.

Y van cinco soluciones de tráfico planteadas, señaló ayer el concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, quien subrayaba: «No se trata de poner palos en las ruedas», sino de cumplir con la legalidad, al tiempo que recordaba que ya se ha requerido en tres ocasiones a la empresa para que subsane las deficiencias que encuentran los técnicos del Consistorio. La buena noticia es que, según el edil, la parte constructiva, a falta de pulir algunos detalles, sí es aceptable. De hecho, ya se ha resuelto definitivamente que puedan entrar los camiones de bomberos en el edificio en el caso de siniestro, algo que, según el Consistorio, no se había resuelto por Aparcisa hasta la fecha.

Pero, además del problema del tráfico, la empresa se encontró ayer, en su nueva reunión con representantes municipales -Ciudadanos volvió a estar en la mesa a pesar de ser oposición- con una segunda e inesperada sorpresa. En este caso, el Ayuntamiento ha decidido elevar a la Junta Consultiva de Contratación Administrativa del Estado su «duda razonable» de si las plantas tercera y cuarta, cuando finalice la concesión dentro de 40 años, deben revertirse a la concesionaria o, por el contrario, al Ayuntamiento.

Desde el equipo de gobierno creen que el hecho de que pasen ambas plantas a propiedad de la mercantil sería algo lesivo para el patrimonio público, de ahí que se haya realizado esta consulta, decisión aprobada en la pasada junta de gobierno y que no se quiso hacer pública hasta informar primero a la empresa interesada.

Desde el Ejecutivo confían en que la respuesta sea ágil, al tiempo que insistían en que esta cuestión había saltado ahora, a pesar de que los técnicos llevan largos meses estudiando los expedientes de este ya polémico proyecto. El edil de Urbanismo indicó que el mismo es muy complejo y que esa cuestión se ha detectado ahora, que no hay ninguna intención de demorar a propósito todo este asunto.

Otra novedad que no había trascendido hasta ayer es que la adjudicataria presentó el pasado 29 de abril una nueva solución de tráfico, totalmente inesperada para el Consistorio, la cual no han tenido tiempo de estudiar a fondo los técnicos. En esta nueva alternativa se propone que el tráfico entre por Carrer Major de la Vila para salir por Salitre. Desde el Ejecutivo se recordó ayer que, precisamente, la primera alternativa de tráfico por la que apostó la empresa era la misma pero a la inversa, y ya se informó de que no era una solución viable.

Como colofón, se explicó, en este caso por parte de Mireia Mollà, que el proyecto podría generar sobrecostes que serían incluso mayores que la indemnización a pagar en caso de que hubiera que hacerlo al no poder realizar la adjudicataria el nuevo Mercado. Y puso dos ejemplos: la actuación museística sobre los baños árabes junto al Mercado supondría, para la empresa, una inversión de 45.000 euros y, para los técnicos municipales, al menos unos 300.000. El otro ejemplo que puso de sobrecostes no contemplados, a juicio de los trabajadores municipales, es que ampliar la acera de la calle Salitre como voladizo sobre la ladera del río apenas le supone casi 4.000 euros a la firma, además de que propone una solución de ingeniería que para el Ayuntamiento supone toda una temeridad.

Por su parte, los vendedores del mercado provisional, tras conocer el resultado de la reunión, acusaron al equipo de gobierno de poner trabas políticas a un contrato que se firmó «bajo la atenta vigilancia de unos técnicos municipales que, en su condición de funcionarios, deberían ser apolíticos». «Basta ya de zancadillas y de retrasos» y «de hacer de algo importante una guerra política para hacer que la empresa se canse», según indicaron ayer.