La polémica por el Mercado Central de Elche se le atragantó al PP durante el pasado Gobierno, no es plato de buen gusto, ni de lejos, para el actual tripartito (PSOE, Compromís y Partido de Elche) y, como la situación continúe por estos derroteros como en el último año, parece que el asunto seguirá siendo indigesto en el próximo mandato.
Lo que estaba llamado a ser la solución para dinamizar y fomentar la actividad económica y social del centro, con un proyecto adjudicado por el Ayuntamiento a la empresa gallega Aparcisa y firmado el 6 de marzo de 2015 (antes de las municipales) -que implicaba una inversión próxima a los 12 millones de euros, la demolición del actual edificio y su sustitución por otro, así como la musealización de los baños árabes anexos y la construcción de un parking subterráneo de cuatro plantas-, se está convirtiendo en una pesadilla para prácticamente todas las partes.pesadilla
Parece que todos los que tienen algo que ver con esta iniciativa presentan motivos de sobra para estar más que enfadados, hasta el punto de que si no hubo un cierto consenso cuando salió a la palestra que se había apostado por un camino de futuro para el Mercado Central, ahora la situación es que el tablero se encuentra todavía mucho más fragmentado y las piezas más crispadas.
Para empezar, una decena de vendedores continúan en el viejo edificio. Junto a un grupo de comerciantes de la zona centro están plantando batalla para defender que se acometa una remodelación y no un derribo. Incluso han acudido y siguen acudiendo a los tribunales para tratar de impedir la «privatización» de la gestión del Mercado.
En otoño de 2013 se creaba en Facebook el grupo Salvem el Mercat, que posteriormente se configuraría como plataforma y a la que en 2014 se incorporarían partidos como por ejemplo PSOE y Compromís. El 3 de diciembre de 2014 ambos y otros partidos se comprometían a que, en caso de que gobernaran en Elche, paralizarían el proyecto del Mercado del PP, argumentando para ello la «destrucción» del patrimonio arquitectónico y arqueológico, además de la venta del subsuelo de calles y plazas adyacentes a una «empresa privada» para la construcción de un centro comercial.
En estos momentos, el discurso del equipo de gobierno es que no les gusta el proyecto, pero que ellos deben ser responsables y, como no puede ser de otro modo, deben cumplir con la legalidad, con el contrato firmado entre la mercantil y la Administración pública. Otra cosa es que por activa y por pasiva afirmen y reafirmen que este proyecto de nuevo Mercado no les agrada ni un ápice para la ciudad.
Los vendedores que resisten en el inmueble tradicional se sentían apoyados por ambos partidos antes y cuando llegaron al Ejecutivo, pero, tras la reunión del pasado 7 de abril, muchos pasaron a sentirse traicionados al considerar que ya no estaban manteniendo su compromiso inicial.
Estos vendedores aseguran que no se irán si no es por una orden judicial y afirman sentirse abandonados y con una gran incertidumbre en un edificio donde han bajado muchísimo las ventas.
Por contra, en el mercado provisional, las ventas sí marchan bien, pero los más de 40 vendedores que están a favor del nuevo Mercado Central, y que respaldan a Aparcisa, están cada día que pasa más soliviantados con el equipo de gobierno, al considerar que este solo pone trabas y más trabas para demorar el proyecto.
En otra esquina del cuadrilátero se encuentra la adjudicataria, que lleva un año de retraso sobre lo previsto para empezar con el proyecto, que se le está agotando la paciencia y que defiende que desde un principio ha presentado toda la documentación necesaria, algo que, reunión tras reunión entre las partes, el Ejecutivo niega que sea así, según sus técnicos.
Mientras tanto, el equipo de gobierno asegura que no está retrasando nada, pero que no puede dar luz verde a cuestiones que no se están cumpliendo a juicio de los técnicos. Lo último es que se ha pedido un informe al Gobierno central para que aclare si es legal que dos plantas del parking subterráneo reviertan, dentro de 40 años, en favor de la adjudicataria. También, indican que, a día de hoy, aún no hay ningún informe de tráfico ni de accesos al parking válidos, algo que comprometería todo el proyecto.
La portavoz de la junta de gobierno, Patricia Macià, quiso dejar claro ayer que el equipo de gobierno ni paraliza la situación del Mercado ni ha dado ni está dando «ninguna dirección política» a los técnicos. «No nos gusta el proyecto ni nos gustará, pero somos personas responsables. Si no hay más remedio, se tendrá que hacer», dijo Patricia Macià.
Por su parte, el grupo municipal del PP teme lo peor: «Vamos a perder un proyecto emblemático para la ciudad. El centro se muere y la culpa la tiene este tripartito».
La exalcaldesa Mercedes Alonso considera que «Compromís es la que manda y la que impone sus criterios», mientras que el exedil de Urbanismo, Vicente Granero, apunta que es una «estrategia de la señora Mollà, que lo que quiere es romper el contrato y anteponer los intereses de Compromís, políticos y personales, y también el PSOE, antes que los intereses de los ciudadanos, y eso es muy grave».
«¿Qué informe de tráfico se hizo para L'Aljub, El Corte Inglés, el Centro de Congresos o el MAHE?», indicaba Alonso refiriéndose a los gobiernos socialistas en Elche cuando se le preguntó por qué no se exigió en su día un informe de tráfico a la concesionaria del Mercado.
Alonso lo tiene claro: «Si yo fuera la empresa, ya me hubiera cansado y me hubiera ido a donde me reciban con los brazos abiertos. A los que quieren invertir en la ciudad habría que ponerles la banda de música y la alfombra roja».
Por otra parte, que Ciudadanos -también se sumó a la plataforma Salvem el Mercat- esté presente en las últimas reuniones entre el equipo de gobierno y Aparcisa, sigue reforzando la idea de que la formación de David Caballero está apuntalando al tripartito (en minoría), pero no a cambio de nada. Preguntada ayer la portavoz Patricia Macià sobre por qué no estaba en esas reuniones, por ejemplo, el PP, esta señaló que porque no lo había pedido, como sí lo hizo C's. No obstante, dejó la puerta abierta a que, si así lo demandaran, se podría estudiar.
Mientras tanto, el próximo 19 de mayo (aún no es definitivo) es probable que ataques, reproches, datos objetivos y afirmaciones subjetivas sobre el Mercado Central vuelvan a confrontarse en un inédito pleno extraordinario monográfico sobre una cuestión cuyo futuro todavía no está escrito.
