Un sector de los hosteleros de Elche reclamó ayer, a través de este diario, una mayor «comunicación» del Ayuntamiento en iniciativas como la de delimitar, con marcas en el suelo, el espacio destinado a sus terrazas. Una medida que el Consistorio ilicitano inició hace un mes y se encuentra dentro de un plan estratégico con el que pretenden incrementar el control de las mesas y las sillas en la vía pública.

Por ejemplo, desde la Asociación de Empresarios de Restauración y Afines de Elche (Aserae) indicaron que «todavía estamos esperando a que se convoquen mesas de trabajo entre los vecinos, los hosteleros y el Consistorio», en contra de los argumentos del equipo de gobierno tripartito de que esta acción estaba consensuada con todos los afectados.

El secretario de Aserae, Julio Jiménez, reconoció que «existe cierta picaresca por parte de algunos hosteleros motivada por las tasas abusivas que hay que pagar por cada mesa». Jiménez señaló que «hay que tener en cuenta a locales que solo le sacan rendimiento a la terraza dos días a la semana, y quizá por eso aprovechan esos días para sacar dos o tres mesas más». A Jiménez no le sorprende, con este marco, que algunos muestren cierta resistencia a que les acoten las terrazas con marcas en el suelo. De hecho, al Consistorio se le está complicando la operación y en un mes solo ha podido dibujar los límites de los veladores en tres establecimientos, cuando su previsión era en dos meses delimitar alrededor de 130.

Juan Carlos Altet, impulsor de la agrupación de hosteleros HostElx, sí que cree que se vive un momento de buena sintonía entre el Gobierno municipal y el sector. El problema, según Altet, «es que muchos locales trabajan por debajo de los precios de mercado y eso genera una especie de jungla. Quizá si nos adecuásemos a las normas iría mejor la cosa».

Uno de los tres negocios a los que sí se le ha acotado el espacio con estas marcas manifestó que ha pedido a la Concejalía de Aperturas que se lo modifique, ya que, según su propietario, no tuvo en cuenta que sus mesas son más grandes y «nos acortaba el espacio un 60%», dijo. El dueño de este restaurante se queja de que el Consistorio no le avisó de que iba a dibujarle estas señales. Por contra, desde Aperturas, reseñaron que siempre advierten antes de adoptar medidas como ésta.