El exfuncionario de Correos acusado de ocultar miles de cartas y paquetes sin repartir en San Isidro se declaró ayer culpable al inicio del juicio señalado en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial en Elche. La Fiscalía pedía para el acusado dos años y medio de cárcel, pero acusación y defensa llegaron a un acuerdo de conformidad para reducir la pena al inicio del juicio, por lo que no fue necesario constituir un jurado popular, como estaba previsto, al tratarse de un delito cometido por funcionario público en el ejercicio de su trabajo.
Así, el acusado, J.E.R.P., se declaró culpable al inicio de la vista ante la magistrada, y aceptó una pena de un año de prisión, una multa de cuatro euros diarios durante siete meses, y cuatro años de inhabilitación para empleo y cargo público.
No obstante, la magistrada anuló la pena de prisión de un año, por lo que sólo tendrá que pagar la multa económica y asumir la inhabilitación cuatro años para empleo y cargo público. De esta forma, el exfuncionario se libra de la cárcel, bajo la condición de que no cometa otro delito en los próximos dos años. La juez informó de que si vuelve a delinquir tendría que ejecutarse la pena del nuevo delito, más la de un año de prisión por ocultar cartas durante su trabajo en Correos.
Al acusado se le atribuyó un delito de infidelidad en la custodia de documentos, por haber pasado varios años sin llegar a repartir cartas y paquetes, mientras trabajaba en Correos.
El exfuncionario ejercía su trabajo como cartero en San Isidro entre los años 2002 y 2007, cuando causó baja por enfermedad. El hombre era el único encargado de la custodia de la correspondencia y los paquetes, que fueron localizados en un local y una furgoneta cuando dejó de trabajar. Muchos de los documentos y paquetes estaban abiertos, y el contenido de los mismos manipulado.
Entre los 5.000 sobres que se localizaron había correspondencia ordinaria, propaganda electoral de las elecciones de 2004, telegramas, certificados y notificaciones de la Agencia Tributaria, cartas de SUMA y de Tráfico, información bancaria...
En definitiva, miles de documentos que nunca llegaron a sus destinatarios, y que fueron localizados, posteriormente, en una furgoneta y en un local ubicado en la calle Ronda de San Isidro. Algunas de las cartas localizadas estaban esparcidas por un patio y un pozo.
Al llegar a una conformidad al inicio del juicio ayer se evitó la declaración de testigos de Correos, de la jefatura periférica de Alicante, Recursos Humanos, la Oficina de Correos de Albatera o el Sector de Logística de Correos, así como de policías locales y agentes de la Guardia Civil.
