Un informe municipal avala que las licencias de los vendedores del Mercado Central siguen en vigor y contradice a un documento anterior, firmado en 2013, en el que decía que todas las concesiones de los puestos, formalizadas en el año 1961, que son la inmensa mayoría, se encontraban vecidas y extintas.

El nuevo documento firmado por el coordinador de Ordenación Urbana, Lorenzo Quiles, y sellado por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo, argumenta que «no se ha iniciado ningún procedimiento administrativo de extinción, caducidad, etc. de las concesiones de los puestos del Mercado, ni de los desalojos de los placeros que permanecen en las antiguas instalaciones». De esta forma, el informe, con fecha del 19 de abril, supone, según han señalado los placeros que resisten en el viejo edificio, «una razón suficiente para declarar nulo el contrato con la empresa Aparcisa», cuyo fin último es tirar abajo el actual inmueble, levantar uno nuevo, crear un aparcamiento subterráneo de cuatro plantas, musealizar los baños árabes y peatonalizar varias calles.

Y es que, el documento, que responde a la información solicitada por los vendedores que reclamaron medidas cautelares al juzgado para proteger el viejo edificio tras la marcha voluntaria de la mayoría de los placeros, deja claro que no existe ningún informe coetáneo al procedimiento de extinción o caducidad de las concesiones, puesto que no extiste ningún procedimiento iniciado de extinción o resolución de las mismas, ni de desalojo de los placeros».

En esta línea, el escrito, que afectaría sólo a los vendedores del viejo edificio, expone que en el expediente de contratación de redacción del proyección, construcción y explotación del nuevo mercado central adjudicado, no se ha emitido informe relativo a la extinción o resolución de las concesiones de los puestos del Mercado Central.

Ante ello, los minoristas que aguantan en la antigua infraestructura han admitido que «si el Ayuntamiento obviara este informe tendría que realizar un requerimiento de desalojo y, entonces, los placeros se dirigirán directamente a los tribunales para pedir una indemnización». En esta línea, el grupo de placeros se aferra a que su contrato es vitalicio, y que cuentan muchos de ellos desde principio de los años sesenta con la licencia, en algunos casos trasmitida de padres a hijos, por lo que «tenemos suficiente fuerza legal».

Ahora, con este nuevo informe, los placeros favorables a la rehabilitación del Mercado se acogerán a esta nueva baza para defender su postura.