A pesar de tratarse de una tarde nublada y algo desapacible, el corazón de las hermanas Clarisas, en su convento de Santa Clara en Elche, ubicado junto al río Vinalopó, vibraba ayer de alegría aunque por fuera apenas lo evidenciaran.

El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, acudió a arroparlas y a comunicarles oficialmente que el Papa Francisco les había concedido el año jubilar con motivo de su asentamiento en tierras ilicitanas hace nada menos que 500 años.

Para este fin se organizó un pequeño y humilde acto en la sede de la comunidad religiosa, una cita a la que acudieron cerca de 150 personas, que también quisieron agradecer a las hermanas y a las autoridades religiosas su presencia en Elche, algo que todavía muchos ciudadanos desconocen o que incluso piensan que el convento de las Clarisas, ubicado en la zona centro, es la única huella de su asentamiento en la ciudad.

El obispo dirigió unas palabras en un pequeño escenario situado en el camino principal de acceso al convento. Precisamente, el sitio escogido no fue baladí, porque a la izquierda se improvisó, en un portal de acceso a uno de los patios, una especie de ventanal enmarcado por hojas de palmera, de manera que, sin salir del recinto del monasterio, las monjas, que lo son de clausura, pudieron observar el desarrollo del acto. Esto permitió también que ellas, conformadas como coro, entonaran varios cánticos de alabanza.

Así lo vivieron, entre otros, el diputado provincial de Cultura, César Asencio; el presidente del Misteri, Fernando García -quien estuvo acompañado de otros integrantes destacados de la familia de La Festa-; el presidente de la Venida de la Virgen, José Manuel Sabuco; el exalcalde Manuel Rodríguez, la vicerrectora de la UMH María Teresa Pérez Vázquez; el vicario general, José Luis Úbeda; o el edil del PP Pablo Ruz, entre otros.

Tras una pequeña procesión de la imagen de Santa Clara hasta las puertas de la iglesia del monasterio, se procedió a un oficio religioso muy significativo, sin que faltara antes el volteo de campanas y una traca.

De este modo, arrancan definitivamente las acciones conmemorativas, que se prolongarán hasta el 11 de agosto, para honrar la presencia histórica de las Clarisas.