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La preocupación por las alergias alimentarias infantiles dispara las consultas a especialistas

El departamento del Vinalopó afirma que se han duplicado los diagnósticos de la enfermedad

La preocupación por las alergias alimentarias infantiles dispara las consultas a especialistas

Las consultas de especialistas en Alergología reciben cada vez más a pacientes que presentan reacciones a alimentos. Especialmente en el caso de los niños, en quienes la prevalencia de la enfermedad es mayor que en los adultos. Desde el Hospital del Vinalopó, la alergóloga Mónica Antón, afirma que «siempre ha afectado más a niños que a adultos, pues con la edad van apareciendo alergias a alimentos porque el aparato digestivo está en evolución». El aumento de diagnósticos que han detectado los especialistas tanto en adultos como en niños responde a distintos factores. Por un lado, en opinión de la alergóloga del Vinalopó, la ingeniería agrónoma (alimentos transgénicos), la toma de antiiflamatorios (que cambian el aparato digestivo) y un sistema inmunitario cada vez menos tolerante son factores a estudiar, que han hecho que en la última década y, según estudios realizados con datos ofrecidos por las consultas, los niños diagnosticados hayan pasado de un 5% a un 10% aproximadamentede un 5% a un 10%.

Por su parte, el jefe de Servicio de Alergología del Hospital General, Jesús Garde, subraya que no hay motivos para la alarma en absoluto, y considera que en los últimos años hay más atención social a las alergias, más consultas médicas por este motivo y en consecuencia más diagnósticos, sin que la epidemiología haya variado significativamente en los últimos años y situándola en torno al tres o cuatro por ciento. Eso sí, cada vez más consultas por este motivo, hasta el punto de que uno de cada cuatro pacientes piden cita por reacciones alérgicas a alimentos, cuando hace unos años no eran más del 10%. «Se está haciendo más énfasis, y la sociedad se comienza a preocupar por algo que en otros momentos pasó desapercibido», considera.

Huevo, leche y pescado son algunos de los alimentos a los que con más frecuencia se presentan alergias en los menores, si bien la lógica indica que son los primeros que se van introduciendo en la dieta de los pequeños, además de las frutas (entre las cuales destacan en la zona de levante el melocotón, la granada, la manzana o el dátil, probablemente por la frecuencia con la consumen respecto de otras zonas geográficas, en las que pueden detectarse más alergias al marisco, por ejemplo, expone Antón).

La doctora concreta que «no se puede evitar, no se ha comprobado que sea factible retrasar la introducción de alimentos en al dieta de los niños y por el contrario puede suponer problemas nutricionales». Tampoco desaparecen a lo largo de la vida, excepto las de la leche y el huevo, que en el 90% de los casos acaban en tolerancia natural con el crecimiento, según Garde.

Actuar

Evitar totalmente el alimento es la primera medida obligatoria, y en segundo lugar saber cómo actuar ante una equivocación en los minutos cruciales que tardemos en ir a un centro sanitario. Para ello, se enseñan a los niños y a los padres a llevar siempre consigo dosis de adrenalina autoinyectables para un episodio de anafilaxia. El Hospital General ha detectado que solo un 10% ha necesitado utilizarla y que solo un 10% de ellos ha podido hacerlo (los nervios, en muchos casos, han hecho que no supieran reaccionar, lo cual llama la atención del equipo médico por la sencillez de la administración).

El desafío, en opinión de la doctora Antón, está en los comedores, los colegios, la hostelería... porque «mucha gente no sabe lo importante que es, aunque poco a poco y por el hecho de que esté aumentando la prevalencia está creciendo la concienciación, pero siguen sin ser conscientes de que la vida está en riesgo». El doctor Garde, por su parte, valora que «se ha avanzado bastante» aunque los alérgicos, sabiendo qué tienen que evitar, aún se encuentran ingiriéndolo por error, descuido o falta de información.

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