Con su monopatín y su aspecto desaliñado (camiseta desgastada y pantalones manchados de pintura) recorre los caminos rurales de la partida ilicitana de Maitino el argentino Defi Gagliardo. Los lugareños, al verlo, no se imaginan que ese chico es un artista reconocido a nivel internacional y que su obra se ha expuesto en ciudades tan dispares como Londres, Barcelona, Berlín, Los Ángeles, Milán, Buenos Aires o Sâo Paulo. Tampoco intuyen que en la casa en la que vive temporalmente comenzó a funcionar, hace un año, una residencia de artistas que impulsa, junto a su mujer, el promotor cultural de renombre internacional David Quiles (Elche, 1973). Este profesional del arte fundó hace 15 años en Barcelona la revista cultural Rojo, con difusión en más de 30 países del mundo. También, junto a su esposa, es el padre del festival brasileño de carácter interdisciplinar Nova y de la Bienal de Nuevo Arte Digital The Wrong, con un centenar de pabellones virtuales y más de 40 embajadas físicas ubicadas en varias ciudades del planeta.

Tras esa reconocida carrera en el ámbito de la creación internacional, Quiles decidió, hace unos años, trasladarse a Elche con su familia, con el fin de que sus dos hijas crecieran en un entorno natural ligado a él. Pero su carácter, como él dice, de «sociópata cultural», no le ha permitido dejar de generar iniciativas. Eso explica que, en su propia casa, haya puesto en marcha OQUBO, una residencia artística internacional y escuela de acción creativa. Graziela Calfat explica que «siempre tuvimos la ilusión de implantar un espacio como éste, en el que trabajar con artistas con tiempo, proximidad e intimidad».

Calfat, emprendedora y experta en marketing, indica que la selección de los creadores la hace David Quiles y «suele estar relacionada con un proyecto de Rojo, que, además de revista, es como una marca catalizadora de iniciativas culturales». La primera idea fue una película y para su producción acogieron a artistas plásticos de Alemania, Inglaterra y Croacia, con el fin de que desarrollaran los decorados, y a expertos en audiovisual para el rodaje y la fotografía del filme.

Actualmente, dan asilo a Defi Gagliardo, con el que están elaborando la obra para un nuevo espacio cultural que van a inaugurar en Elche, el próximo sábado, denominado «La Burra Delicatessen Cultural». Sus creaciones tienen que ver con la producción textil y con lo efímero, según explica el propio artista.

Lo primero que hizo al llegar Gagliardo fue impulsar un taller con niños, con el fin de provocar un intercambio entre él y la población local.

La idea de la residencia, según sus ideólogos, es que la propia sociedad ilicitana se retroalimente con el trabajo de los creadores y a la inversa. «Aquí consigues desintoxicarte del espacio y puedes simplemente, relajarte, y salir a caminar, de manera que la cabeza se te abre, sin interferencias. Después, desde la calma, compartes con David, Graziela y los niños del taller. El proceso de pintar es individual pero en el arte, toda la logística que envuelve a la creación, es colectiva, parte del pensamiento grupal», matiza el artista argentino, desde su experiencia personal en este enclave del Camp d'Elx.