¿Qué se puede hacer cuando un niño entra en una rabieta en un supermercado, en un tren...?
La rabietas en público son terribles, porque el rol de padre y madre es algo que todo el mundo se permite juzgar. Partiendo de que esto va a ocurrir, los padres tienen que intentar ser independientes de lo que piensen los demás. Tu hijo va a tener rabietas, es así. El control de normas se establece mejor en casa; cuando estás fuera es más variable, siempre hay una señora que interviene y dice: «¿Cómo te deja tu madre llorar...?». Viene bien adelantarse y, si vamos a hacer un viaje largo en tren, preparar algo para que el tiempo pase más rápido, porque 10 minutos aburridos para un niño son como 10 horas para un adulto.
¿Cómo se gestionan los celos cuando llega un hermano?
Depende de la edad. Con cuatro años es probable que se le pase rápido, porque ya tiene su propia vida social e intereses. Si tiene un año, ni se entera. Y si está entre dos y tres, lo pasa mal. Es una emoción más, también enriquece. Las emociones no son ni positivas ni negativas. Hay que ayudarles a que lo pasen, como a pasar el sarampión, y buscar huecos para que el mayor esté solo con los padres. «Como tú eres el mayor, me puedes acompañar a hacer un recado», por ejemplo. O se les puede dar una tarea. Que aprendan a gestionar los celos es importante de cara al futuro.
¿Qué captan cuando ven a sus padres insultar a un árbitro o enfrentarse a un profesor?
Los padres siempre son el modelo de su hijo. Un niño cree que lo que pasa en su casa es lo que ocurre en todas. Si en casa cuando no quiero comer me plantan delante 20 menús, lo reproduciré fuera. Es mucha responsabilidad para los padres, porque es un modelado para lo bueno y para lo malo. Cuando el enfrentamiento es con la autoridad y delante de los hijos, lo que le estoy diciendo a mi hijo es que no existe la autoridad. Él va a reproducirlo cuando a él le parezca, bajo su criterio, que el profesor no responde a lo que tiene que hacer.
