Elche reivindicó ayer la importancia de contar con espacios accesibles para las personas con movilidad reducida y diversidad funcional con una marcha por el centro de la ciudad, en el tradicional Día de la Rampa. Usuarios en sillas de ruedas y otros tantos a pie tomaron las calles para concienciar a la sociedad sobre el problema que tiene este sector de la población. Desde el colegio de la Asunción hasta el Bailongo se prolongó esta movilización, en la que participó más de un centenar de personas. En la Plaça de Baix también hubo actividades de deporte adaptado para sensibilizar a los viandantes.

Al finalizar el recorrido, se leyó un manifiesto y se descartó la entrega del tradicional reconocimiento «Rampa de Oro», al considerarlo desierto, por la falta de actuaciones en pro de la accesibilidad en estos últimos cuatro años. «Cuando entramos en el Gobierno nos encontramos con muchas carencias y en 2017, la ley dice que todos los espacios públicos deberán estar adaptados. Vamos a trabajar para ello», destacó la concejal de Bienestar Social, Teresa Macià.