Sin coches durante doce horas. La Corredora cerró ayer al tráfico, como primer paso a la peatonalización del centro, entre la división de opiniones del comercio y el desconocimiento de muchos vecinos. Con el objetivo de reactivar la actividad económica en el casco antiguo de la ciudad el vial y favorecer la sostenibilidad, el Ayuntamiento prohibió el paso de los vehículos privados por este vial entre las 12 y las 24 horas. Una medida que se ha anunciado como indefinida, por lo que está previsto que se prolongue todos los sábados, para estudiar su resultado y su repercusión en los negocios.

Llegado el mediodía, el ruido de los motores desapareció ayer para probar un corte de tráfico, que no es nuevo, que viene de lejos y que ha puesto contra las cuerdas a los últimos equipos de Gobierno, ante la división de opiniones sobre la efectividad de esta iniciativa para el casco urbano.

De esta forma, sólo los autobuses, los servicios de emergencia, los taxis que dan servicio a personas de movilidad reducida y los residentes que necesitaron acceder a sus garajes pudieron pasar por el céntrico vial. Personal de Autobuses Urbanos se encargó de controlar el acceso a la Corredora a partir de la Plaça de Baix, donde los conductores se encontraron con una valla que prohibía el acceso a la calle y se vieron obligados a desviarse por Alfonso XII.

Así, este primer sábado, la mayoría de peatones optó por caminar por las aceras, al desconocer que se había cerrado al tráfico la arteria y al ver que el transporte público sí que discurría por la zona, aunque por la tarde los transeúntes fueron tomando conciencia de la medida. «No sabíamos que hoy los coches no pueden pasar por la Corredora y, como sí que hay autobuses, pensamos que es más seguro ir por la acera», comentaba un peatón. En esta línea, otra vecina que paseaba con sus hijos ayer por la mañana señalaba que «si el transporte público circula por la zona, no es seguro para los niños caminar por la calzada». Por otra parte, también hubo opiniones favorables a la medida, por parte de peatones, que agradecieron la tranquilidad de un centro sin coches.

En el lado de los comercios y del sector servicios, la división quedaba sobre la mesa. Desde la Asociación de Comerciantes del Centro, aplaudieron la medida y señalaron que se había notado una afluencia de gente positiva, también porque las actividades del Día del Libro tuvieron mucho que ver y sirvieron para atraer a la gente a la zona céntrica. «Va a ser una buena acción, como toda ciudad, es necesario contar con un casco antiguo peatonal», señaló Susi Vicente, vocal de la agrupación.

Igualmente, el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios de Elche (AESEC), José Rizo, apuntó que «estamos muy a favor de esta medida y directamente de la peatonalización de la Corredora. Sabemos que también hace falta un parking, y eso pasa por el proyecto del Mercado Central». Frente a la oposición de parte de los comerciantes a la iniciativa, el representante del sector puntualizó que «para reactivar por el centro hay que empezar por algo, independientemente de que sean necesarias otras medidas y cerrar el tráfico es el primer paso».

Y es que, aunque esta decisión ha sido consensuada con los comerciantes y hosteleros de la zona en la Mesa de Dinamización Comercial y Urbana, no llueve a gusto de todos. En este sentido, una parte del sector se ha mostrado contraria al cierre de la Corredora al tráfico por considerar que la restricción de vehículos por el centro va a disminuir la clientela, al dificultar el acceso al casco urbano.

Al mismo tiempo, entre los opositores a la medida están los que creen necesario impulsar el proyecto del Mercado Central, antes que la peatonalización de la zona céntrica y también hay opiniones a favor de organizar campañas de animación, en lugar de poner dificultades a los clientes que vienen de otras localidades y lo hacen en coche.

Otras medidas

El Ayuntamiento contempla que el cierre de la Corredora no sea una propuesta única, sino de una iniciativa más para revitalizar el centro y para atraer a los ilicitanos al pequeño comercio. En este sentido, el concejal de Fomento, Héctor Díez, ya adelantó la idea de celebrar toda una serie de actividades de animación, como las que ayer se realizaron con motivo del Día del Libro, en la plaza de Santa Isabel y en la Glorieta. Además, para el primer fin de semana de mayo también habrá actividades culturales programadas en el centro de la ciudad y entre el 5 y el 7 de mayo, el municipio acogerá un mercadillo gastronómico.

Por otra parte, se está negociando con Pimesa la reducción del precio del parking del Gran Teatro de forma que una hora de estacionamiento cueste un euro.

Con ello, el Consistorio y las asociaciones del sector tratan de sacar a flote el corazón de la ciudad, que se ha visto desangelado en los últimos años, con el continuo cierre de establecimientos. Los elevados precios de los alquileres, la bajada de las ventas por la crisis, la falta de aparcamiento y el desplazamiento de la mayoría de los placeros del Mercado Central, al provisional... han puesto en jaque a los pequeños negocios.