Dos de los tres acusados que fueron ayer juzgados en el Juzgado de lo Penal 2 de Elche admitieron que en 2011 excavaron un túnel subterráneo para intentar acceder al interior de una sala en la que se guardan 250 cajas fuertes y robar el dinero o los objetos que hubiera en ellas. Reconocieron que para ello alquilaron un local comercial cercano con el falso pretexto de montar un restaurante, y que comenzaron allí a excavar un pasadizo bajo tierra que les llevara al interior de la entidad, solo que cuando abrieron el suelo de la oficina se encontraron en el interior de un despacho y no en la sala de seguridad a la que pretendían llegar. Fueron escuetos en su declaración al aceptar los hechos tal y como los describía la fiscal, quien a la luz de su reconocimiento rebajó las penas que solicitaba para ellos.
En concreto, pide que J.C.Q. -defendido por el letrado Miguel Ángel Cánovas Ruiz- sea condenado a un año y nueve meses de prisión por los delitos de robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa y de falsedad en documento de identidad (por haber falsificado un carné con su foto para alquilar el local). El otro acusado que reconoció los hechos, J.D.M.A. -representado por la abogada María Isabel Sempere- se enfrenta a una petición de nueve meses de cárcel por el intento de robo. Este segundo acusado fue identificado en parte porque en el túnel se encontró documentación bancaria a su nombre.
El tercero de los acusados, C.A.P.F. -representado por el letrado Medardo Lainez del Real- aseguró que nada tiene que ver con los hechos que se le imputan, y por los cuales el Ministerio Público solicita tres años de prisión. En su contra juega una declaración inicial ante la Policía Nacional de otro de los implicados que le señaló en un reconocimiento fotográfico y que ayer, en el acto del juicio, dijo que lo había hecho presionado y que no mantenía que estuviese vinculado.
Por otro lado, la Policía Nacional detuvo hace unos meses a un cuarto implicado, a quien se ubica en el lugar de excavación del pasadizo subterráneo a raiz de las pruebas de ADN practicadas en un pañuelo de papel y una colilla de un cigarro. Al haber sido reciente su detención, será juzgado en un proceso separado y cuyo juicio aún no está señalado. En cualquier caso, ayer había sido citado como testigo y no compareció, según los letrados consultados por este diario.
El banco se ha personado en el procedimiento para reclamar como responsabilidad civil que le sean abonados los más de 55.000 euros que costó rellenar el túnel para asegurar que no produjera daños en los edificios y por el salario de los vigilantes de seguridad extra que fue necesario apostar en la salida del túnel mientras se sellaba.
La alarma de seguridad del banco se disparó un sábado de septiembre en el Sabadell de la calle Gabriel Miró de Elche, y no fue hasta el lunes cuando uno de los empleados descubrió el agujero en el suelo.
Banco Popular
En agosto de 2014 se produjo un intento de robo casi idéntico a una sucursal del Banco Popular de la calle Jorge Juan, también en Elche, en el que los ladrones tampoco obtuvieron botín porque salieron corriendo al descubrirles la empresa de seguridad. Habían ocupado una casa vacía a dos calles, y, haciéndose pasar por obreros, estuvieron durante meses excavando el túnel, con el que esta vez sí llegaron a las cajas. Este caso aún no ha sido juzgado.
