Desde su historia, con una referencia explícita a los tres templos anteriores que precedieron al actual; hasta su arquitectura, y todo ello a través de un itinerario que comienza en el exterior, con un recorrido por las puertas, para continuar por la nave central, las capillas, las tribunas, el camarín de la Virgen, la torre o el propio museo. Eso, sin pasar por alto una referencia especial a la Patrona, al Misteri, y a otras celebraciones vinculadas a Santa María, como la Venida, el Corpus o la Semana Santa. Ésa es la propuesta que plantea Joan Castaño en «La insigne basílica de Santa María de Elche», una ambiciosa guía de 132 páginas editada por el propio templo, con fotografías de Vicente Javier Poveda y diseño del Grupo Antón.

Hasta ahora se había editado algún folleto puntual de este edificio con 750 años de historia, pero no se había hecho una publicación que analizara el templo desde todas las vertientes. ¿Por qué?

Es verdad que hace 30 años se elaboró un folleto, y, posteriormente, la CAM llegó a editar una guía. Incluso la propia basílica editó un DVD con un recorrido visual. Sin embargo, fue en el seno de la comisión que se creó para conmemorar el 750 aniversario cuando se planteó la necesidad de editar un libro que diera explicaciones de algunas cosas que se ven, pero que no se acaban de entender. De lo que se trata es de explicar la historia y el significado de las distintas partes de la basílica.

Probablemente no haya ningún ilicitano que no haya visitado en algún momento la basílica de Santa María, sea por un motivo o por otro. Sin embargo, ¿se conoce lo suficiente?

Santa María es un punto de referencia de la ciudad. Elche se identifica por las palmeras, pero también por Santa María. Es la sede donde se encuentra la Patrona, concentra muchas devociones populares y también es la sede de La Festa, que es la fiesta comunitaria más importante. De hecho, se ha notado un incremento muy importante de los visitantes, no sólo de Elche, sino de fuera de Elche. Sin embargo, si acompañas en una visita a personas de Elche, te dicen que sí habían entrado en la basílica, pero que no habían reparado en muchos de los símbolos.

¿Cuáles son las partes más desconocidas?

La parte alta, y, en particular, el campanario y las terrazas son las partes menos conocidas, y también algunas salas de acceso restringido, donde está el archivo y los almacenes del museo.

¿Podría quedar algo por descubrir en estos momentos?

En los últimos 30 años se han hecho varias obras de mejora y está prácticamente todo visto. Incluso el campanario se puede visitar, con las salas intermedias, que es donde vivía el campanero. Sabemos que hay alguna cripta, pero el piso de mármol está encima y es imposible acceder. No obstante, no parece que haya restos humanos, salvo bajo del altar.

¿Y en cuanto a los símbolos?

Mucha gente no sabe que las cruces rojas encerradas en un círculo y que están en los muros de los pies de la nave y en las pilastras laterales son las de consagración del templo, y cada 3 de octubre, coincidiendo con el aniversario, se encienden las velas para conmemorar esa fecha. En cuanto a las inscripciones en rojo del exterior, son vítores del siglo XVIII dedicados a predicadores.

Hablaba antes de que se han hecho obras de mejoras en los últimos años. ¿Qué queda por hacer a corto y medio plazo?

Quedan portadas por restaurar, como la del museo o la de la Resurrección, que se han quedado con las redes. Luego, de la parte mueble, se han restaurado bastantes cosas, pero aún quedan mantos de la Virgen y cuadros, que esperamos que se puedan ir haciendo poco a poco.