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Galtung: «Los adolescentes hoy tienen los mismos problemas que en otras generaciones»

«Para nosotros, la fórmula mágica es usar la última hora del viernes para resolución de conflictos»

Galtung: «Los adolescentes hoy tienen los mismos problemas que en otras generaciones»

El sociólogo y matemático noruego Johan Galtung ha participado en las III Jornadas Convielx -que acaban esta tarde en el Centro de Congresos de Elche- con el convencimiento de que el diálogo y habilitar espacios para la reflexión y la resolución de conflictos son la solución a las disfunciones entre alumnos en la escuela. Solo hay que apostar por ello, pero de verdad, con tiempo y con recursos, y deben hacerlo desde los profesores a las administraciones, desde los padres hasta los alumnos.

Dada su dilatada trayectoria, ¿sabe si los adolescentes de hoy tienen problemas distintos a los de las generaciones anteriores?

Tengo 85 años, he visto ya algunas generaciones, y diría que los problemas que tienen los adolescentes son más o menos los mismos que hace muchos años. He visto que la escuela anda algo mejor, y, sin embargo, hay más acoso. Y tampoco veo más cooperación entre profesores, padres y administraciones. Creo que el hecho de que haya más acoso tiene que ver con la cultura de violencia que tenemos y con la falta de enseñanza en resolución de conflictos. En Noruega hemos llevado a cabo algunas experiencias que han resultado muy positivas y que tratan sobre todo de reforzar la convivencia en las escuelas. Tenemos cuatro elementos (padres, alumnos, administradores y maestros) y entre ellos hay diez conflictos, todas las combinaciones posibles.

¿Hay una receta de éxito para mejorar en este campo?

Para nosotros, la fórmula mágica es reservar la última hora de cada viernes para resolución de conflictos. No solo cuando hay algo problemático, no solo cuando se da acoso de un alumno sobre otro (y sobre todo de una alumna sobre otra, porque a ellas lo que les pasa es que «hablan sobre mí» y para ellos es más físico). Mientras no haya algo grave y concreto, siempre hay algo para trabajar. El orden del día está llenísimo.

¿Da realmente resultados esa apuesta por habilitar tiempo para el diálogo?

Los da. Lo que hemos sacado es que no hay problemas disciplinarios y los profesores pueden enseñar sin gritar. Y si alguien grita, se pone en la lista del orden del día para la última hora del viernes. Tenemos administradores que dicen que hay muchas disciplinas y que no podemos sacrificar una hora lectiva, pero es la hora más productiva de la semana, además de que, al colocarla al final, la semana termina con algo interesante sobre lo que trabajar mentalmente durante el fin de semana.

¿Hay diferencias entre Noruega y España en los desafíos que tienen los centros educativos?

Más o menos son los mismos, pero hay una diferencia cultural que no juega a favor de España. Nosotros entendemos que, cuando hay un acto de protesta contra un profesor, también hay algo que aprender. Hay un mensaje más profundo que hay que sacar. Los profesores en España quizás dedican más al castigo, y habría que contemplar más esta ambigüedad: hay que castigar, en el sentido de que algo extra tiene que hacer el alumno, pero hay que ver cuál es el mensaje que hay detrás.

¿Dónde está la línea entre la inactividad y la sobreprotección? ¿Hay que dejarles que resuelvan por sí mismos sus problemas?

Nuestra experiencia es que los alumnos que han hecho algo mal pueden ser los mejores asistentes en la mediación y en la resolución de conflictos. Son, al final, los que mejor manejan los problemas. Esos alumnos que más hablan...

¿Los que diríamos que son más conflictivos?

No utilizamos la palabra conflictivo. Pueden haber sido los más violentos, pero pueden haber aprendido del conflicto subyacente.

Ha dado pinceladas del papel de los profesores, de los administradores y de los alumnos... ¿Cuál es el de los padres?

Estamos averiguándolo, haciendo progresos. Hay que tener espacio para discutirlo abiertamente. La diferencia entre nosotros y otras escuelas es que tenemos ese espacio, esa hora al final del viernes, y la experiencia nos dice que puede que hagan falta dos.

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