Los docentes y directores de institutos ilicitanos coinciden en señalar que la mayoría de los conflictos entre los alumnos no surgen en el aula, sino en ese otro espacio que son las redes sociales. Conversaciones de «WhatsApp», comentarios en «Facebook», fotografías comprometidas publicadas o insultos enviados que el efecto multiplicador de internet hace que lleguen a todos los rincones están detrás de gran parte de los problemas y roces que tienen entre sí los adolescentes, que por otro lado han mejorado en los últimos años su convivencia en el entorno acotado del instituto.

Ese diagnóstico lo hacen de primera mano los profesores, quienes más de cerca viven los enfrentamientos entre los estudiantes y que están pendientes de ellos para atajarlos de la mejor forma y cuanto antes, de modo que no lleguen a engordar hasta convertirse en situaciones que, ya usando palabras mayores, puedan acabar en acoso escolar. Insisten en que apenas se dan situaciones de este calado (sostenidas en el tiempo, contra un mismo alumno, de forma consciente y premeditada por varios de ellos) entre los más de 15.000 estudiantes de Secundaria que tiene el municipio de Elche, y en buena medida se debe al trabajo constante que han venido desarrollando los centros en torno a Convielx, un ambicioso proyecto que ha calado en las estructuras de todos y cada uno de los centros de Secundaria ilicitanos hasta implicar no solo a docentes sino sobre todo a alumnos.

Las III Jornadas Convielx arrancaron ayer en el Centro de Congresos con más de 300 asistentes (continuarán hoy y mañana), entre inspectores de Educación, profesores, directores de centros de Secundaria o de Primaria, a los que se quiere transponer el modelo de Convielx. Algunos de sus responsables y representantes -Julia Miquel, del IES La Asunción, José Antonio Corral, director del IES La Foia, o Alfred García, del IES Sixto Marco-, coinciden junto con otros colegas de profesión en que cada vez más se registran en los centros menos partes de comportamiento y menos expedientes diciplinarios. Son esporádicos y residuales, en la mayoría de los centros, los enfrentamientos con profesores que hace unos años encendieron todas las alarmas.

En ese contexto en el que las nuevas tecnologías y las relaciones mediante redes sociales forman parte de la vida cotidiana de los alumnos, son a veces los padres los que acuden al profesor, teléfono en mano, a enseñarle pantallazos de las conversaciones en las que como mínimo se ha faltado al respeto a sus hijos. Los docentes se encuentran entonces con que en las aulas se cuelan cada vez con más frecuencia conflictos que no se originan allí, sino fuera del horario escolar:«Algo que ha pasado en "WhatsApp" el sábado puede colarse en clase y permanecer durante toda la semana», explican.

Desafíos

Los nuevos retos en la capacidad de mediar y de actuar en los enfrentamientos entre estudiantes son parte de los desafíos que sigue teniendo Convielx, que hace doce años detectó que los alumnos se sentían sobre todo vulnerables en los pasillos y en los patios, algo que se pudo atajar con la presencia de profesores de guardia en esos espacios. En las redes sociales, sin embargo, ya es más complicado apostar vigilantes.

El modelo de alumnos observadores y mediadores, la formación del claustro y la creación de órganos como el Observatorio de la Convivencia en cada centro es ejemplo a nivel nacional, aseguran, de colaboración entre todos los institutos. A estos efectos se va a exportar a otras zonas, en concreto se está poniendo en marcha en La Marina, donde diez de doce institutos están trabajando ya en torno a la creación de «Convima».