Sus filetes, gracias. Así podría acabar una venta en la máquina expendedora de una carnicería. Aunque funcione así, lo cierto es que el «vending», que es como se denomina este tipo de venta, ha dejado de ser únicamente para tabaco, cafés, snacks, chucherías y otros productos de consumo inmediato y ha pasado a conquistar otros sectores.

Esta tendencia es ya notoria en Elche, donde actualmente se puede incluso salir a comprar un conejo para preparar la paella familiar sin importar la hora o que sea domingo. De hecho parece que es lo que hacen muchos ilicitanos, ya que el conejo es el producto estrella de los fines de semana en una carnicería de la céntrica avenida de Alicante que dispone de máquina expendedora.

Su responsable, Antonio Avilés explica que cada fin de semana es lo más vendido, mientras que el resto de días funciona otro tipo de carne. «Entre semana lo que más se venden son las hamburguesas, también porque es un tipo de carne de la que se ofrecen diferentes variedades. La gente viene a por ellas porque no son hamburguesas industriales». También tienen mucha salida, según explica, los filetes de pollo y el lomo fresco y adobado.

Avilés apunta que la gente ya se ha acostumbrado a poder comprar los productos de carnicería en la máquina. «Muchos lo hacen por evitar colas y otros porque, por horario, no llegan cuando estamos abiertos y saben que la máquina está ahí y que los productos son los mismos que se venden dentro y al mismo precio». Desde el punto de vista del responsable el sumar a su negocio una máquina de «vending» ha sido positivo. «La experiencia es buena; no te soluciona la venta, pero es rentable», explica.

Como este establecimiento, otros muchos locales se han apuntado al «vending» en los últimos años. Otro ejemplo es la empresa ilicitana que, como en su día publicó este diario, comenzó a comercializar leche fresca a través de máquinas expendedoras.

A ello se suman boticas que ofrecen las 24 horas productos de parafarmacia, además de preservativos, ya que «aún existe alguna especie de reserva a la hora de pedirlos y mucha gente prefiere comprarlos en la máquina», explican desde una farmacia. Además, ya existen máquinas de flores frescas con ramos ya hechos listas para regalar.

La venta automática no es algo novedoso, pero sí es cierto que el pasado año tuvo un crecimiento de alrededor de un 5%, tal y como explica el catedrático de Investigación y Comercialización de Mercados de la Universidad Miguel Hernández Francisco José Sarabia, que añade que esta subida llegó tras unos años de recesión, como fueron el 2013 y 2014.

Y es que, como apunta el profesor, el sector del «vending» suele funcionar con productos que no son básicos, «que es lo primero de los que prescinde la gente».

Con respecto al auge actual, el responsable apunta la venta automática tiene dos ventajas importantes. Una es el fácil mantenimiento: «donde hay electricidad se puede pone una máquina». Además, el otro punto fuerte es que «no se necesita personal, únicamente alguien que realice la reposición de efectivo».

Además, el experto destaca que este sector trata de satisfacer una necesidad inmediata ya que funciona aún principalmente con este tipo de productos para consumir al momento, al menos en España. Así, Sarabia recuerda que en países como Japón «es normal encontrar máquinas que vendan casi de todo».

Según el profesor de la UMH la tendencia más habitual es elegir una zona estratégica y «si funciona te quedas y si no te vas», señala.

«Tiendas» 24 horas

En este sentido, están proliferando las llamadas tiendas 24 horas de venta automática, en lugares estratégicos completamente abiertos y dedicados exclusivamente a albergar estas máquinas.Un ejemplo es el espacio ubicado en la céntrica calle Alpujarra, en el centro de Elche, donde se puede adquirir desde un café hasta gofres y hamburguesas listas para comer pasando por chucherías, sin importar el horario.

Su responsable, Manuel Segovia, indica que hay cosas que funcionan más que otras, como es el caso de snacks, que aunque es un producto normal funciona.

Servicios automatizados

Esta automatización creciente ya no solo se da en la venta, sino también en la prestación de servicios. Un claro ejemplo son las lavanderías que ofrecen un servicio automatizado para hacer la colada.

En Elche ya hay varios establecimientos de este tipo. Uno de ellos es el que regenta en la calle Ángel Manuel Albela. El responsable explica que, la gente ya se ha acostumbrado a acudir a la lavandería con edredones, abrigos y todo tipo de ropa de hogar, como cortinas o sábanas principalmente. «Vienen del barrio del Raval, pero también gente de otros lugares porque por 4 o 6 euros, dependiendo de la capacidad, se llevan ya limpio lo que para en casa tendrían que poner tres lavadoras», explica. Además, Albela indica que el servicio se ha ido haciendo popular por el boca a boca.