El Hospital General lidera un proyecto a nivel nacional para mejorar la recuperación quirúrgica en pacientes de alto riesgo, en un procedimiento urológico complejo mediante la aplicación de una técnica de «optimización hemodinámica». Especialistas en Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del hospital ilicitano instauraron este procedimiento, que presenta importantes mejoras tanto para el paciente como para el sistema sanitario.

Después de tres años desde que se aplicó por primera vez en las dependencias sanitarias, y tras ser elegido como único centro de excelencia en España para la formación en esta técnica, el General ampliará su formación a los profesionales de otras instalaciones médicas.

El hecho de haber recibido esta acreditación, concedida tan sólo a ocho hospitales de Europa, implica que el centro ha de formar en la técnica a otros centros del país. Este año el servicio de Anestesiología tiene previsto ampliar el número de cursos a seis, debido al éxito y al gran interés cosechado, según señalaron desde el General. Además de la formación, el centro ilicitano ha acogido ya una reunión especial para poner en marcha el proyecto al que se han sumado doce hospitales de la Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete.

Diversos estudios explican que actualmente se realizan en el mundo más de 234 millones de intervenciones quirúrgicas al año, de las que el 12,5% podrían considerarse como procedimientos de alto riesgo. Este subgrupo de pacientes de alto riesgo podría presentar una mortalidad postoperatoria superior al 9%.

La monitorización hemodinámica tradicional ofrece una amplia gama de parámetros para satisfacer las necesidades más exigentes de la vigilancia del estado del paciente. Según los profesionales, tiene cuatro objetivos: Alertar, así según la condición del paciente y el nivel de monitorización, le avisa al clínico cualquier deterioro en la función medida; el diagnóstico continuo, permitiendo observar el comportamiento y cambios del paciente en una condición determinada; pronosticar, la monitorización hemodinámica permite observar las tendencias en los parámetros observados en la evolución y ayuda por tanto a establecer pronóstico; y, por último, sirve de guía terapéutica facilitando la evaluación y corrección de las medidas terapéuticas implementadas.

Este tipo de monitorización es la utilizada habitualmente, pero diversos estudios han demostrado, ya en los últimos años, que las estrategias de monitorización hemodinámica ligadas a determinadas terapias, o lo que es lo mismo estrategias dirigidas por objetivos u «optimización hemodinámica» reducen la mortalidad postoperatoria así como las complicaciones.

Ahorro de costes

«Además de las importantes ventajas que presenta la optimización hemodinámica para el paciente, destaca el importante ahorro que supone para el sistema sanitario, ya reduce los costes indirectos relacionados con la prolongación de la estancia hospitalaria por la aparición de complicaciones», explicó Ana Pérez, jefa de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital General. Por ello, según la doctora, al mitigar las complicaciones se obtienen beneficios no sólo desde el punto de vista del paciente, sino desde la perspectiva del sistema de salud, permitiendo aportar cuidados de calidad a un menor coste global.

Los expertos consideran que «estos resultados, junto con el desarrollo de nuevos sistemas de monitorización menos invasivos, deberían facilitar la introducción de forma rutinaria y estandarizada de la optimización hemodinámica perioperatoria en una población quirúrgica previamente seleccionada como de alto riesgo de sufrir complicaciones postoperatorias».