Los profesionales ya han comprobado que la técnica tiene buenos resultados en cirugía general y el proyecto liderado por el Hospital General consistirá en aplicarla a pacientes de una intervención urológica que presenta mayores complicaciones, la cisterectomía radical. Se trata de una intervención para el tratamiento del carcinoma vesical infiltrante, una de las intervenciones urológicas más complejas. Los profesionales quieren aplicar las ventajas de los protocolos ya existentes.