Expectación y entusiasmo. Esos son los calificativos que mejor definen el estado de ánimo generado por las negociaciones abiertas por Tempe -la empresa que comercializa y distribuye el calzado y los complementos que el grupo Inditex destina a marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka o Stradivarius-, para tratar de expandirse en Elche. De hecho, de cuajar finalmente esas conversaciones -y en eso es en lo que ya están trabajando Ayuntamiento y Consell-, el proyecto no sólo supondría triplicar la superficie con la que cuenta la firma en Elche Parque Empresarial, ganando unos 300.000 metros cuadrados más, que se sumarían a los más de 150.000 que ya tiene, sino que, además, las previsiones apuntan a que se podrían crear más de 1.000 puestos de trabajo en una compañía que ya tiene unos 1.700 empleados. Se convertiría así en el mayor centro logístico mundial de Inditex e incluso en la mayor plataforma distribuidora de calzado de todo el mundo. Ahora bien, hoy por hoy la idea inicial es poner en marcha el proceso por fases.

De momento, el primer escollo, que vendría por las reticencias del Consell -en manos del PSPV y de Compromís- a aprobar una Actuación Territorial Estratégica (ATE) para agilizar los trámites, parece que está salvado. Tanto el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como el conseller de Economía, Rafa Climent, se mostraron ayer partidarios de esta inversión, que ya el presidente del Ejecutivo valenciano, sin mencionar el nombre de la empresa, calificó el martes en Madrid de «productiva», «no especulativa» y que generará «empleo de calidad». Es más, tanto Puig como Climent son partidarios de aprobar una Actuación Territorial Estratégica (ATE) para tratar de acortar los tiempos. La situación es tal que todos los protocolos ya se han activado en el Ayuntamiento y el Consell, con la mirada puesta en que el proceso pueda estar cerrado -si la firma da el visto a la operación y el ATE sale adelante- en un año como máximo, para que Tempe ya pueda entrar en los terrenos, situados entre la A-7 y la Vía Parque, y tener el proyecto de ampliación cerrado para 2018.

Expertos urbanistas consultados por este periódico, en este sentido, alegan que, de entrada, los requisitos que establece la ley para la tramitación de una ATE se cumplirían uno por uno: hay un interés general, una demanda empresarial urgente, y se da la integración territorial, entre otras cuestiones. Además, la legislación permite que el promotor pueda ser privado, público o mixto, aunque, hoy por hoy, y más después de lo aprobado en el último pleno, Pimesa cuenta con todos los puntos para hacerse con el papel de promotor, lo que permitiría acelerar la presentación de todos los anteproyectos necesarios, y evitar las posibles suspicacias que generaría un promotor privado de cara a la tramitación de la ATE. A partir de ahí, y con la propuesta del promotor en la mano y los anteproyectos ya hechos, se elevaría la propuesta a Economía que, de dar la autorización, la pasaría al pleno del Consell.

Por el momento, Puig subrayó ayer que el Gobierno valenciano no está como «espectador pasivo» respecto a las inversiones, sino que «estamos proactivos y, de hecho, estamos trabajando en eso y vamos a buscar la mejor solución posible», según destacó. Para Puig, la mirada industrial de las inversiones es «fundamental», pero con proyectos «solventes y serios». Aunque sin citar el nombre una vez más, se refería a Tempe, firma en la que la mitad de acciones son de Inditex y la otra mitad del ilicitano Vicente García. En este marco, el jefe del Consell indicó que pondrán en marcha un plan de desburocratización y una oficina de inversiones para conseguir que aquellos que quieran invertir en la Comunidad «tengan los máximos condicionantes positivos».

Mientras, el conseller de Economía, y a la sazón quien debe tramitar la ATE, Rafa Climent, defendió que favorecerá la ampliación del centro logístico de Elche si existen «criterios de economía productiva y de generar empleo de calidad e indefinido». Añadió que, desde el Consell, están a favor de las inversiones para que se que mejore «el día a día» de la gente y se cree empleo, por lo que admitió que está a favor de una ATE pero si se realiza «con unos criterios de ocupar gente con sueldo estable y de calidad».

Más prudente se mostró el alcalde, Carlos González, quien defendió que «el Gobierno municipal es consciente de que vamos a asistir en los próximos años a una reactivación de la inversión empresarial y, por ello, tenemos que ser capaces de disponer de una reserva de suelo industrial suficiente para atender a esa demanda potencial que se va a producir». De hecho, en eso es en lo que apoyó la puesta en marcha de la ampliación en 500.000 metros del polígono industrial de Torrellano, donde iría Tempe, aunque González tampoco aludió a la compañía como motor de esa expansión. Sí incidió en que, «desde luego, sería muy positivo para la ciudad y para el mercado de trabajo local que empresas como Tempe emprendieran proyectos de ese calado y de esa envergadura en Elche». Eso sí, dejo claro que «estas cuestiones se deben afrontar con la máxima cautela, por la complejidad que conllevan hasta que fructifican».