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Pavimentos que no dan el pego

El suelo del paseo Eres de Santa Llúcia presenta un estado muy deteriorado

Pavimentos que no dan el pego

Parecía lo mismo, pero no lo ha acabado siendo. El pavimento del céntrico paseo ilicitano Eres de Santa Llúcia ha empeorado su aspecto, con el paso del tiempo, desde la polémica actuación, que permitió el Ayuntamiento de Elche, entonces en el anterior mandato, en la primavera de 2013, cuando un local de ocio intentó instalar unos toldos donde había jardineras, y que, al final, se quitaron por el rechazo de los vecinos, que se opusieron a la poliferación de terrazas en el paseo. Y es que la piedra caliza que se utilizó para tapar las jardineras de rosales, que ocupaban la zona central del paseo, no son de la misma calidad que las que se emplearon en el año 1991, cuando se dotó a la zona de su aspecto actual.

Por este motivo, son muchas las quejas y los comentarios en contra de la actuación, que siguen aflorando a día de hoy, cuando es más evidente el mal color, que están cogiendo las nuevas piedras y las continuas roturas y agujeros que presentan.

El color de piedra natural que se ve al llegar al paseo se convierte en negro sucio cuando se pasa por su interior. «Se ve que no son las mismas, y son muy malas, por eso están rotas y tienen este color tan feo», afirmaba ayer por la mañana un vecino, Manuel Tortosa, mientras pasaba por el paseo ilicitano.

De la misma forma se expresaba otra vecina, Marina Cerdán, que, mientras paseaba a sus hijos, decía que, «con el tiempo, las piezas del centro se han ido rompiendo y cogiendo mal color. Aquí se hizo una chapuza, no es normal que en tan poco tiempo la plaza haya terminado con este aspecto».

Explicación

La diferencia entre unas placas y otras tiene una explicación, según indicó ayer el concejal de Vía Pública, Héctor Díez. El mismo explicó que «las placas de piedra que se colocaron cuando se reformó el paseo, en 1991, eran losetas de piedra caliza de cinco centímetros de grosor. Además, se le proporcionó un tratamiento de impermeabilización».

Sin embargo, aseguró Héctor Díez, «las losetas que se colocaron en 2013 tienen sólo dos centímetros de grosor, y no se les aplicó ningún tipo de tratamiento impermeabilizante, como a las anteriores».

Por este motivo, indicaron ayer desde el Ayuntamiento de Elche, las losetas que se utilizaron para tapar las jardineras de rosales ofrecen en estos momentos, pese a tener menos tiempo, peor aspecto, y presentan un mayor número de roturas, por su poca consistencia.

Aunque desde Vía Pública son conscientes de la situación, dijo ayer el edil, «no tenemos actualmente presupuesto para llevar a cabo una actuación global y renovar todo el suelo, por lo que iremos cambiando, poco a poco, las losetas que presenten un peor estado de conservación».

No obstante, también es evidente la falta de mantenimiento de otras partes de la plaza, como la barandilla que la rodea, donde muchas piedras están rotas, o los socavones de algunas losetas antiguas que también requieren de una renovación.

«Deberían prestar más atención a una plaza tan céntrica, donde viene mucha gente de la ciudad y turistas que se llevan una mala imagen», explicaba un comerciante de la zona, mientras recordaba la polémica que se creó en 2013 con la instalación de los toldos, y que supuso la eliminación de los rosales que daban otro tipo de color al centro de la ciudad.

Así las cosas, y dado el escaso presupuesto del Ayuntamiento de Elche para este tipo de actuaciones, los viandantes que pasen por el paseo Eres de Santa Llúcia seguirán sorprendiéndose y comentando la diferencia cromática del suelo, que no es más que el recuerdo de una actuación polémica que no contó con el beneplácito de los vecinos del centro de la ciudad.

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