Vecinos de la zona comprendida entre las calles Jaime Águeda Torregrosa, María García Ferrández y Juan Manuel de la Morena, en la zona de El Toscar, aseguran estar hartos de, sobre todo, la falta de seguridad, pero también de la ausencia de limpieza y de atención municipal con respecto a un descampado próximo que, en teoría, debería ser a estar alturas una zona verde.

Los residentes manifiestan que en incontables ocasiones han puesto en conocimiento de la Policía Local escenas tales como sexo a plena luz del día, trapicheos de droga por la noche, e incluso aseguran que se ha llegado a colocar una furgoneta pared con pared con las viviendas, de manera que se facilitaba el acceso a alguna de ellas y se han cometido hurtos y robos.

Los afectados expresan que el terreno en cuestión, que se ha convertido en un descampado para aparcar y a su vez en un verdadero foco de problemas, era propiedad de las constructoras que han levantado edificios alrededor, las cuales, por ley, tienen la obligación de ceder un número determinado de metros cuadrados al Ayuntamiento, para que este acometa la creación de una zona verde.

Los denunciantes señalan que eso ocurrió hace aproximadamente ocho años y que desde entonces el solar no está ni adecuado ni se le presta la atención municipal que, consideran, debería tener esta zona, ubicada frente al colegio público Jaume I, es decir, un espacio muy frecuentado por menores, según recalcan los vecinos.

«Lo saben desde hace meses y años y hacen oídos sordos», manifestaba ayer Sandra Boniquet, quien afirma que ella y otros vecinos han venido poniendo también en conocimiento de distintos departamentos del Consistorio estos problemas de inseguridad, falta de iluminación, comportamientos inadecuados en la vía pública y de ausencia de limpieza, sin que hubiera apenas reacción municipal.

Boniquet señala incluso que hasta que no dijo ayer en el Ayuntamiento que iba a poner en conocimiento de los medios de comunicación este problema, en vista de que no se hacía nada por la vía oficial, las autoridades municipales no la llamaron. Y así fue.

El edil de Limpieza y Mantenimiento, Héctor Díez, se puso en contacto con la vecina y le indicó los pasos que a partir de ahora tiene previsto realizar el Ayuntamiento para tratar de paliar los problemas.

Díez explicó a este medio que hasta hasta ayer mismo no había recibido directamente ninguna queja sobre la situación que se había generado sobre este solar. El concejal llamó personalmente a esta portavoz de los vecinos para escuchar sus demandas y, al tiempo, indicarle que el Ayuntamiento se va a poner manos a la obra para reducir en todo lo posible los problemas generados.

El concejal manifestó que van a ser varias las acciones que se quieren emprender. Por un lado, se va a estudiar mejorar la iluminación, para ver si de ese modo se reduce el problema de prostitución y trapicheo de drogas. De igual modo, Héctor Díez indicó que hoy mismo tenía previsto trasladarle estos problemas al concejal de Seguridad Ciudadana con el fin de intentar que la Policía Local tenga una mayor presencia en la zona.

Asimismo, Díez manifestó que, si bien el 100% del solar no es del todo municipal, se van a poner en contacto con los propietarios de la parte privada de la parcela para tratar de culminar una calle peatonal o algún espacio de aceras y normalizar aún más este descampado.

Héctor Díez también explicó que se va a tratar, cuanto antes, de reforzar el firme para eliminar en lo posible baches, pero también para limitar que se levante polvo en la zona. Algunos vecinos que viven relativamente alejados de esta zona señalan que no pueden tender precisamente por la polvareda que se levanta cuando circulan los vehículos por esta zona sin adecuar.

Ante la indignación de los vecinos por todo el tiempo que llevan soportando esta situación (incluso aseguran que hay una colonia de gatos), el concejal tenía previsto desplazarse hoy mismo al lugar para hablar con los vecinos, algo que finalmente tiene previsto realizar el próximo martes en compañía de varios técnicos de su departamento.

El objetivo es recoger de primera mano las inquietudes de los residentes y que los técnicos tomen buena nota y sepan claramente qué problemas caben resolver para que se erradiquen determinadas situaciones y comportamientos que nadie desea.