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La primavera llega al Clot

Detectan los primeros polluelos de focha común y calamón en el inicio de la temporada de cría

Integrantes de unas pasadas jornadas de voluntariado, en las inmediaciones del centro de interpretación de este paraje natural municipal. SERGIO FERRÁNDEZ

La primavera también ha llegado al Clot de Galvany. Los observadores de este entorno natural ya han localizado los primeros polluelos de al menos un par de especies distintas. De momento, ya se han avistado crías de focha común, en la charca de anátidas, y de calamón, algo que coincide con la temporada de floración y cría de la mayor parte de la fauna de este paraje natural municipal.

La focha común es un ave acuática «de plumaje negro pizarra y cabeza de color negro azabache, el pico es blanco y las patas, verdes con grandes dedos lobulados que, en vuelo, sobresalen dando la impresión de una larga cola», indican desde el Clot de Galvany.

La focha común es residente e invernante en este punto y está presente en todas aquellas charcas que presentan aguas más o menos profundas. También utiliza la charca central para nidificar en los años de abundantes lluvias, indican las mismas fuentes. Este año se han adelantado los alumbramientos de esta especie. De hecho, las primeras polladas de focha común de 2015 fueron observadas el 16 de abril.

Por su parte, el calamón es un ave grande, «con plumaje azul oscuro y púrpura brillante, pico grande y rojo, además de potentes patas rojas con dedos largos». Aseguran los expertos que en el Clot es habitual observarlo desplazándose cerca de los carrizos de la charca de anátidas, aunque ocasionalmente puede permanecer en el agua, sin abandonar la protección que le brinda el carrizal.

El pasado año también hubo polluelos de calamón, pero antes hubo un parón de dos años sin que este ave se reprodujera.

En el Clot de Galvany aseguran que hay más de 230 especies de aves que habitan en esta zona y el pasado año, como viene siendo habitual, la primera especie en criar fue el ánade azulón, concretamente el uno de abril, con doce pollitos en la charca de anátidas.

A partir de aquí los comportamientos de reproducción en las cigüeñuelas, patos colorados, porrones europeos, tarros blancos e incluso avocetas, o alguna pareja de pato cuchara algo despistada, tienen que empezar a dar sus frutos.

Los responsables del Clot, ubicado en Arenales del Sol, insisten en el daño que se hace a estas especies al sufrir molestias de visitantes por fuera de los caminos e incluso acercándose a las orillas de las charcas. Esta situación se agrava más, afirman, cuando a los visitantes se añaden las mascotas, principalmente perros, que por instinto tratan de localizar y perseguir a la mayoría de la fauna presente en el paraje. En plena reproducción, cualquier molestia puede ocasionar que estas aves no lleguen a reproducirse o, en muchos casos provocan que abandonen los nidos, antes de que nazcan los pollitos, insisten desde el Clot, un entorno que en los primeros días de Semana Santa ha podido ser visitado por más de 2.200 personas, según Visitelche, al elegir este espacio natural para pasear, entrar en contacto con la naturaleza o simplemente pasar un día distinto.

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