La Semana Santa ilicitana llegó ayer a su fin tras una multitudinaria procesión de las Aleluyas, donde participaron cerca de 40.000 personas, según los datos oficiales de la Policia Local. Así, desde primera hora de la mañana la alegría, la emoción y los colores bañaron las calles de Elche ante el paso de las imágenes del Cristo Resucitado y, la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Asunción, para celebrar el Domingo de Resurrección.

Tras haber adelantado el reloj la pasada noche, poco después de las diez de la mañana, la imagen del Cristo Resucitado, salía de la basílica de Santa María, por tercer año consecutivo, iniciando su recorrido por la calle Fira. Posteriormente, con apenas un media hora de diferencia, era la «Mare de Déu de l'Assumpció», acompañada por decenas de cofrades, quien partía de dicho templo sagrado desde la Plaça el Congrés Eucarístic.

Además, como viene siendo habitual la procesión estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Orihuela, Jesús Murgui, seguido de buena parte de la corporación municipal como el alcalde de Elche, Carlos González, que era la primera vez que participaba en la misma tras tener este cargo.

De esta forma, comenzaba la tradicional procesión de las Aleluyas, que destaca por su singularidad. Y es que, desde sus orígenes en el siglo XVIII, al paso de las imágenes, las calles de la ciudad se van inundando con una lluvia de millones de aleluyas, unas pequeñas estampas de colores con diversas alegorías religiosas, que son lanzadas desde los balcones y terrazas de las casas.

«El Resucitado», como se conoce popularmente este paso de Misterio portado por la Cofradía del Cristo Resucitado y la Fervorosa Hermandad de la Flagelación y Gloria, continuó atravesando las calles de ilicitanas, cuyo cielo se iba llenando de aleluyas, tras su paso por Major de la Vila, Plaça Menéndez Pelayo, Alfonso XII, Puente de Santa Teresa, Plaça del Pont, Major del Plà, Mariano Benlliure y José María Pemán. Mientras que por su parte, la imagen de la Virgen de la Asunción recorrió la Plaça del Palau, el Puente de Altamira, Vicente Blasco Ibáñez y Marqués de Asprillas, hasta que entró en la Plaza de España, donde al llegar a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús fue venerada con una salve. Tras este momento de emoción, el paso retomó su camino por José María Buck, Ruperto Chapí, Jorge Juan y Reina Victoria.

Instantes después, sobre las 11.40 horas, se produjo el momento más esperado, el encuentro entre la imagen del Cristo Resucitado y la «Mare de Déu de l'Assupció», que se desarrolló en el cruce de la calle Jorge Juan con Reina Victoria. La escena acompañada por millones de aleluyas, logró arrancar los aplausos del público mientras se escuchaba el estruendo de la «cohetà».

Otro de los momentos más especiales se produjo en la Plaça de Baix, donde un gran número de devotos esperaba a ambos pasos con gran ilusión. Este es uno de los lugares donde mayor afluencia de aleluyas se concentra, por lo que una vez más se vivió un momento mágico.

Posteriormente, ambas imágenes unieron su camino, realizando el mismo recorrido por las calles más céntricas de la ciudad hasta llegar de nuevo a la basílica de Santa María, donde una «cohetà» marcó el fin de la procesión y se produjo una solemne misa para finalizar la jornada.

Así, concluía la procesión de las Aleluyas, que estuvo marcada por el buen tiempo, ya que el mercurio llegó a alcanzar los 23 grados. No obstante, este Domingo de Resurrección de marzo, que se ha producido más temprano que otros años, no registró un calor asfixiante, por lo que tan solo hubo tres lipotimias durante la mañana, según afirmaron desde DYA.