La lluvia dio ayer una tregua a la Semana Santa ilicitana, y todas las cofradías pudieron realizar sus estaciones de penitencia. El Martes Santo llenó las calles de Elche de sentimiento religioso y mucha curiosidad, de grandes y pequeños, por ver a las distintas cofradías y hermandades. En total, fueron seis las entidades que salieron a la calle desde otras tantas parroquias ilicitanas.

La climatología sólo retrasó una hora la salida de la primera procesión, la de Hermandad de la Sagrada Lanzada que, como medida de seguridad, y ante la posibilidad de que hiciera acto de presencia la lluvia, decidió salir a la calle una hora más tarde, y acortar su estación de penitencia.

La tregua que dio la lluvia permitió que los ilicitanos se echaran a la calle. De hecho, llamaba la atención la cantidad de niños que se concentraron en las calles para ver pasar el paso de misterio de la Sagrada Lanzada y el de palio de Dulce Nombre de María, una entidad ligada estrechamente al colegio de las Carmelitas.

Las puertas de la iglesia del Salvador se abrieron ayer por tarde para dar salida a la procesión de la Hermandad de la Oración en el Calvario, que este año ha renovado las sayas de las tres imágenes. Además, la cofradía ha dado más realce al trono estrenando cuatro ciriales.

La multitud también se concentró en las inmediaciones de la parroquia de San José para ver la salida de Nuestro Padre Jesús de la Caída y María Santísima del Rosario, que pasaron por algunas calles de El Pla hasta llegar al centro de la ciudad. Este año el paso de la Caída ha contado con 75 costaleros, y el de la Virgen del Rosario fue portado, por primera vez, a costal por cuarenta mujeres.

A su paso por la Plaça de Baix, Nuestro Padre Jesús de la Caída protagonizó el encuentro con la Santa Mujer Verónica, cuando, ante la atenta mirada el público, quedó impregnada la Santa Faz de Cristo en el pañuelo de la Santa Mujer Verónica.

La Verónica llegó a la Plaça de Baix antes que La Caída, portada por un nutrido grupo de costaleras, 96 mujeres, tras iniciar su procesión desde la parroquia del Corazón de Jesús con más de 400 cofrades. Dada las grandes dimensiones del trono, a la hora de dar la vuelta para encontrarse con el paso de la Caída, las costaleras realizaron una complicada maniobra, al pasar el extremo de los valares por encima de las cabezas del público, que tuvo que agacharse. El encuentro entre La Caída y la Santa Mujer Verónica es el más antiguo de los que se celebran en Elche, y ayer dedicó una de sus levantás a las víctimas del atentado terrorista de Bruselas.

Poco a poco, la noche de Martes Santo ilicitano fue avanzando y ganando intensidad. El centro de la ciudad se llenó por completo de vecinos y visitantes, que desafiaron al frío, atraídos por la vistosidad de los tronos, el sonido de las bandas de cornetas y tambores, y, como no, por el olor a incienso que llegaba a todos los rincones.

La Hermandad del Santísimo Cristo de la Reconciliación y Nuestra Santísima Mater Desolata inició su estación de penitencia desde la parroquia de San Agatángelo pasadas las 22 horas. En su camino hacia la Plaça de Baix, la imagen de la Mater Desolata, que este año ha sido restaurada, protagonizó un encuentro muy emotivo con la imagen del Santísimo Cristo del Perdón, que sobre las 23 horas, iniciaba su procesión desde la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

Esta cofradía, la del Cristo del Perdón, fue la última que tenía previsto pasar ayer por la noche por la Plaça de Baix, donde, tradicionalmente, se produce el momento más esperado por todo el público, la liberación de un recluso.

De esta forma, la cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, que se fundó en 1990, cumplió un año más con su tradición, liberando, en esta ocasión, a una mujer, que tenía previsto recibir su libertad, de forma simbólica, al llegar a la Plaça de Baix, y que ayer participó en la procesión delante la imagen del Cristo del Perdón.

Junto al Cristo también desfilaron, marcado un ritmo diferente y peculiar, la unidad de legionarios del acuartelamiento de Viator (Almería), que fueron otro de los atractivos de la jornada del Martes Santo ilicitano.