La Fnac de Alicante acoge esta tarde (19 horas) la presentación del libro «Aventuras en familia», coescrito junto a María Victoria Rodríguez. Su otra autora, Eva Cánovas, es ilicitana, profesora de Lengua y Literatura desde hace 15 años e imparte clases en el IES Montserrat Roig. Su primer libro publicado permite conocer 181 propuestas o rincones especiales de toda España para disfrutar con niños. La mayoría de alternativas son gratuitas e intentan despertar en los pequeños el amor por la naturaleza, por la cultura y por la aventura.
¿Cómo surge este libro?
La guía surge de la necesidad de demostrar a los amantes de los viajes que una vez que llegan los niños no tienen por qué precintar las maletas. Está claro que con hijos cambia el modo de viajar, pero se nos abre un mundo nuevo de posibilidades, en el que revisamos con nuevos ojos nuestro entorno. Por eso, el libro ofrece propuestas asequibles y fáciles de realizar con niños. No encontraremos grandes parques temáticos, sino pequeños museos, rutas en plena naturaleza, aventuras, en definitiva, aptas para todos los públicos.
¿Hasta qué punto el libro surge de su experiencia docente o de vivencias propias?
El libro surge de nuestras vivencias, bien en familia, bien anteriores, porque a lo largo del tiempo hemos descubierto muchos destinos ideales para conocer y redescubrir con los niños. Y siempre pensando en transmitirles el amor por la naturaleza y la cultura. Desde la prehistoria al futuro de la exploración espacial, se propone un viaje con múltiples paradas en todas las provincias españolas, donde los protagonistas son los niños.
¿Nota que los alumnos leen ahora menos que antes?
No tengo la percepción de que se lea menos. Cuando yo era estudiante había compañeros a los que no les gustaba leer, del mismo modo que ahora hay alumnos muy reticentes a la lectura. Lo que sí ha cambiado es el acceso a los libros: en la actualidad las nuevas tecnologías favorecen el acceso a la información y también a la literatura. La red de bibliotecas públicas también ha mejorado. Pero los chicos y chicas tienen que saber que existen, dónde están y que no cuesta dinero entrar en ellas ni sacar un libro. Algo que deberían aprender desde pequeños.
¿Cómo los móviles, las tablets, las consolas, las redes sociales, etcétera están restando tiempo a la lectura, distraen la atención?
No podemos vivir en una burbuja y pretender mantener a los jóvenes al margen de las tecnologías y nuevas formas de comunicación. Hay que aprovecharlas, porque gracias a ellas nuestros alumnos pueden escribir un blog, leer el periódico, consultar el diccionario o acceder a los clásicos. Si nosotros renegamos de la tecnología, nos alejamos de nuestros alumnos, de nuestros hijos. Está claro que no solo harán un uso «cultural» de ordenadores o móviles, pero el entretenimiento, las redes sociales, las plataformas de vídeo han llegado para quedarse. La clave está en que aprendan a hacer un uso racional y equilibrado de todos esos recursos. De nuevo, esta es una tarea importante en el ámbito familiar.
¿Qué se puede hacer para que el alumno se enamore de la lectura y los libros?
Un niño que crece rodeado de libros, viendo a sus padres leer, visitando la biblioteca, no tardará en ser un buen lector. Enseguida se nota en las aulas qué alumnos están más interesados por las historias que nos cuentan los libros y normalmente detrás hay una familia lectora. Cuanto más se tarde en descubrir ese «vicio», más cuesta que surja el amor por las letras, pero la clave, en las aulas, está en transmitir tu propia pasión y ofrecerles a los alumnos lecturas que les puedan resultar cercanas, que les cuenten algo con lo que se identifiquen, que apelen a los sentimientos universales, que muestren un mundo de fantasía, sin renunciar al entretenimiento.
¿Cómo ve el sistema educativo actual? ¿Es necesario un gran pacto por la educación de manera que no se toque en décadas?
El hecho de que las leyes de educación cambien con cada nuevo Gobierno no beneficia al sistema, al alumno ni a sus familias. El cambio en el panorama político que se observa en nuestra sociedad en los últimos tiempos puede resultar favorable para ese gran pacto por la educación, más estable. Será difícil, pero habría que intentar tener un marco de amplio consenso.
