Elche continúa dando pasos decididos de cara a alcanzar el mayor saneamiento posible para sus cuentas municipales. Tras la senda iniciada hace cuatro años por el Ejecutivo del PP, con un férreo plan para limitar gastos y hacer descender el nivel de deuda financiera a toda costa, el actual equipo de gobierno ha apostado por mantener este mismo rumbo y, finalmente, los resultados han sido más o menos los que se esperaban.
En la comisión municipal de Hacienda se trató ayer la liquidación del presupuesto correspondiente a 2015, de cuyas cifras se desprende que el nivel de endeudamiento del Ayuntamiento se sitúa en estos momentos en un 70,06%, más de diez puntos de rebaja con respecto al del ejercicio 2014 (81%). El anterior concejal de Hacienda del Partido Popular, Manuel Latour, vaticinaba, en diciembre de 2014, que en 2015 la deuda se recortaría hasta el 72%, cifra que incluso ha sido mejorada una vez cerrado el ejercicio contable.
De este modo, en el caso de que fuera necesario, el Consistorio ilicitano podría volver a endeudarse con prácticamente total libertad si así lo estimara necesario.
El hecho de que la deuda se encuentre por debajo del límite legal del 75% permite a los ayuntamientos poder recurrir a operaciones de crédito sin necesidad de solicitar autorizaciones ni permisos al Ministerio de Hacienda.
La austeridad y las restricciones de Hacienda han hecho que el peso de la deuda municipal no engorde más y se continúe con la tendencia descendente que arrancó en 2012, después de que en 2011 la deuda alcanzara un porcentaje récord del 110 que, traducido en euros, fue de 173 millones de euros (el presupuesto municipal aquel año ascendía a 176,8 millones), según fuentes municipales. En estos momentos, el capital pendiente ronda los 115 millones.
Remanente de tesorería
La liquidación del presupuesto de 2014 arroja otras cantidades a tener en cuenta, como por ejemplo el remanente de tesorería. En 2014 fue de 3,8 millones y, tras liquidarse ahora el ejercicio de 2015, la cantidad resultante es de 12,5 millones, a los que hay que descontar las facturas pendientes de pago, por lo que al final la cifra quedará rebajada a los 6,6 millones de euros. Este remanente de tesorería se destinará, no obstante, de nuevo a amortizar deuda, tal y como obliga la ley.
«El Ayuntamiento cumple con el objetivo de estabilidad presupuestaria y con la regla de gasto», indicaba ayer la edil de Hacienda, Ana Arabid, para insistir en que las cuentas municipales están saneadas, con capacidad para hacer frente a los gastos y con disponibilidad también para volver a endeudarse si así fuera preciso.
La titular de Hacienda lamentó que la actual ley de 2012 de estabilidad presupuestaria «encorsete el margen de maniobra de los ayuntamientos», ya que, por ejemplo, el remanente de tesorería «no se puede destinar a mejorar la vida de los ciudadanos», aludiendo a que no se puede destinar ese dinero a acometer inversiones reales.
El actual equipo de gobierno en el Ayuntamiento calcula que cuando concluya el actual ejercicio 2016, el nivel de deuda será del 56%, es decir, 94,3 millones. De igual modo confía en que para 2017, esta cifra se coloque en el 45% (77,4 millones); en 2018, en el 36% (61,7 millones); y en 2019, en 27% (47,8 millones).
