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La palma blanca tira de imaginación

Los artesanos potencian su creatividad con diseños muy variados para subir las ventas

La palma blanca tira de imaginación

Una tradición milenaria y renovada. La palma blanca es un símbolo de identidad de la ciudad que abre paso a nuevas tendencias, frente a los ramos trenzados más tradicionales, que todavía siguen triunfando en la procesión de la Burreta. Así ha quedado visible entre los casi cien puestos de artesanos instalados desde ayer en los distintos barrios y pedanías de la ciudad y que hoy continuarán con su actividad.

Algunos artesanos han apostado por modernizar sus creaciones para atraer a los compradores e incrementar las ventas.

Así, las miniaturas para las solapas son las que más creatividad presentan. Y, por ello, hay piezas de lo más llamativas, como formas de burritos, peces, ángeles, abanicos, pájaros y flores de distintas variedades, hasta en ramos. «Aunque seguimos manteniendo los diseños tradicionales, si no te renuevas, es muy aburrido y hay que buscar otras tendencias para llamar la atención, sobre todo la de los niños», apunta una artesana del mercado de la Plaça de Baix. Pero, las solapas no son sólo las que más novedades presentan. Y es que los adornos para el pelo con palma blanca también marcan estilo este año.

«Vamos introduciendo pequeñas innovaciones que atraen las miradas de los clientes y animan las ventas», comentan otros vendedores ilicitanos. De esta forma, la combinación de palma blanca y verde también han llamado este año la atención, al igual que las cruces, como la de Santiago y Caravaca, también vendidas para las solapas, y para los cementerios con un tamaño superior y con repisas.

Al final, la elevada competencia, detectada entre los artesanos ha obligado a muchos a renovarse. Y es que las familias de palmereros, que siempre se han dedicado a confeccionar los ramos, advierten de que cada vez son más los que han aprendido esta tradición, lo que repercute en sus ventas. «Ahora mucha gente sabe hacer trenzados y figuras porque se enseñan en los talleres y, en lugar de comprar ramos, los hacen ellos mismos», señala otro artesano de la Plaça de Baix.

De cualquier manera, los vendedores de palma blanca esperan que hoy sea el día fuerte de las ventas, tras el primer contacto de ayer, marcado por el trasiego de ilicitanos y de los primeros turistas, que han llegado a Elche, ante el comienzo de temporada.

Sin embargo, los artesanos se han visto obligados un año más a congelar los precios de sus diseños, con el objetivo de que no decaiga la tradición en la ciudad. Así, adquirir un detalle para el Domingo de Ramos puede costar desde un euro, para las figuras de solapa, hasta veinte o más, en el caso de las palmas trenzadas.

La Plaça Baix, la plaza de Barcelona, la plaza de Madrid, la plaza de San José, la Oficina Turismo, la plaza de Altabix, la plaza de Castilla, Torrellano, El Altet y La Hoya son los puntos en los que este año se han instalado los puestos de venta para engrandecer la Fiesta de Interés Turístico Internacional, que tiene el municipio, desde el año 1997. Una celebración multitudinaria en la que suelen participar unas 30.000 personas.

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