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La Alcudia se abre al exterior

La Fundación de Investigación Arqueológica acogerá a equipos procedentes de otras universidades que deseen investigar

Alejandro Ramos y la arqueóloga Mercedes Tendero. sergio ferrández

El yacimiento arqueológico de La Alcudia La Alcudia se prepara para dar un salto cualitativo, cuando se cumplen veinte años desde que se puso en marcha su fundación, que supuso la implicación de la Universidad de Alicante. El complejo está listo para empezar a recibir a grupos de arqueólogos dispuestos a investigar en Elche, gracias a la creación de las nuevas instalaciones que se inauguraron hace un año. Laboratorios y almacenes que hacen viable que el complejo ilicitano pueda recibir a más investigadores de cualquier parte del país, y del mundo, interesados en las culturas ibérica y romana culturas ibérica romana y en desarrollar su trabajo en los campos en los que se encontró la Dama de Elche.

La directora del consejo científico de la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia, Sonia Gutiérrez, asegura que «ha llegado el momento de reforzar la investigación y de abrir el yacimiento a los equipos que cuenten con financiación».

Este nuevo paso va a permitir multiplicar la actividad que se registra en el yacimiento, ya que no va a depender únicamente de la financiación que consiga la propia fundación de la UA, sino que, hasta Elche, podrán llegar inversiones procedentes de otros centros de investigación. El director del yacimiento, Alejandro Ramos, valora que «gracias a las infraestructuras que hemos incorporado durante los últimos años, por el trabajo realizado desde la fundación, se abre la posibilidad de que vengan más grupos de otras universidades».

Y es que el paso de yacimiento familiar a fundación permitió al complejo arqueológico de La Alcudia dar un salto cualitativo, que aún hoy, veinte años después, va a dar buenos frutos.

«Antes La Alcudia era una propiedad privada», explica Sonia Gutiérrez, que destaca que «la llegada de la Universidad de Alicante supuso una inversión muy importante». A la vez, Alejando Ramos valora que «la constitución de la fundación supuso un cambio drástico. Sin olvidarnos del mérito de mi abuelo, Alejandro Ramos Folqués, y mi padre, Rafael Ramos, que han dedicado su vida al yacimiento». Y es que cuando la familia Ramos se planteó el futuro del yacimiento, en la década de los noventa, surgieron «muchas novias», pero al final escogieron la opción que planteó la Universidad de Alicante en el año 1996.

Pasaron varios años desde que la UA adquirió una parte del yacimiento, hasta que se empezó a implicar activamente en él. Así, fue en 2002 cuando se diseñó el primer plan de objetivos, y se decidió urbanizar y crear el actual Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes, que se abrió al público en el año 2008.

Este centro posibilitó la reubicación de parte del museo en 2010, cuando se puso en marcha el proyecto del nuevo museo de La Alcudia, que se inauguró el año pasado, y que ha permitido contar con instalaciones más apropiadas a las necesidades del yacimiento, como almacenes en los que depositar los restos que van apareciendo durante las excavaciones y laboratorios en los que trabajar con ellos, además de salas museísticas, en las que presentar los resultados de las campañas de investigación de una forma apropiada.

La transformación de La Alcudia a lo largo de estos veinte años también se puede apreciar si se compara el volumen de personal que tenía antes, con el que tiene ahora. Hace veinte años el yacimiento contaba con el director, un arqueólogo, un conserje y un peón. Los primeros eran Rafael y Alejandro Ramos, que compaginaban su labor en el yacimiento con otras ocupaciones. Ahora, esas cuatro personas han pasado a ser diez. El centro cuenta con un gerente, director, dos arqueólogas, un restaurador, una técnica en turismo, dos conserjes y dos peones de mantenimiento. A este equipo humano, se suman los miembros del comité científico, y el personal de la UA que colabora con la fundación.

Ahora, cuando se cumple el 20 aniversario de la fundación, también llega el momento de poner en marcha un nuevo plan director, en el que está trabajando el consejo científico. Sonia Gutiérrez avanza que «nuestros objetivos también se van a centrar reforzar la musealización y puesta en valor del yacimiento, realizando actuaciones de restauración de las zonas que están descubiertas y mejorando la señalética».

Proyectos

La incorporación de equipos de investigación a la Alcudia permitiría ampliar la superficie descubierta, que en la actualidad sólo es el 10% del total. Hasta la fecha se han llevado a cabo los proyectos de las termas orientales, la muralla y las termas occidentales; en estas últimas se continuará trabajando el próximo verano.

Sonia Gutiérrez destaca que «en la Alcudia se excava todos los años, pero tenemos que tener en cuenta que el fin de la excavación es el conocimiento. Conocer nuestro pasado para explicar nuestro presente».

Durante el último año, por el yacimiento ilicitano de la Alcudia pasaron más de 300 estudiantes e investigadores, para realizar diferentes trabajos, así como 7.000 visitantes.

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