El amor por los animales convierte lo que para muchos es una tarea doméstica más en auténtica pasión. Para un grupo de ilicitanos, salir a dar un paseo con su perro es una afición que cada quince días se incluye en la agenda como el partido de fútbol o la marcha en bicicleta. Exploran la ruta de montaña, organizan la quedada en las redes sociales con el más de medio centenar de personas que se reúne en cada excursión y a disfrutar. Los humanos, mucho. Y los canes, más.

«Los perros necesitan tierra porque, como a nosotros, el asfalto les agarrota los músculos y también los olores son muy importantes, para ellos es como salir al recreo», afirma Viki Martínez, una de las promotoras de las salidas junto a Virginia Martínez.

Desde mastines a chihuahuas, la jauría ya ha recorrido una quincena de itinerarios por toda la provincia, aunque sus propietarios echan de menos más opciones en su localidad natal. «En Elche sólo está el pantano y la ladera del río puede ser peligrosa por la plaga de la procesionaria», lamentan reivindicando la construcción de más zonas para perros.

Cuando les ven aparecer, las reacciones son de todo tipo. La mayoría de ellas, «respetuosas», pero también hay «maleducados». Otra de las cosas que impresiona es la organización. «Localizamos el lugar con coordenadas GPS, a la cabeza del grupo uno de nosotros hace de guía y, por detrás, otra persona procura que ningún perro se quede rezagado», explican como si de un deporte se tratara. Y es que, de hecho, así es. El senderismo con perros gana adeptos.