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Hospital del Vinalopó

Plantarle cara al cáncer

Pacientes oncológicos asisten a un taller sobre los cambios físicos derivados del tratamiento

Plantarle cara al cáncer

Perder el pelo a causa de la quimioterapia y que por la calle la gente se gire a mirarte molesta. Así lo sienten algunas de las mujeres que ayer asistieron a un taller de estética para pacientes oncológicos en el Hospital del Vinalopó, en el que se les trasladaron nociones sobre cómo prepararse y cómo gestionar cambios físicos que probablemente experimentarán o ya están experimentando; y ello no con intención puramente superficial, sino porque la autoestima juega un papel importante en cómo se enfrenta la enfermedad. El doctor Juan Carlos Toral, jefe de servicio de Oncología, concretó ayer que el tratamiento del cáncer «debe ser compatible con la actividad laboral, social o familiar», y que es necesario «eliminar el estigma social del cáncer». El experto sostiene que «cuidarse y estar a gusto con uno mismo ayuda a afrontar mejor la enfermedad y sus síntomas, y cuando las personas que les rodean les ven cuidarse les encuentran mejor, y eso siempre ayuda... Que te digan que te ven bien es importante, y actualmente hay nuevos tratamientos que producen menos alopecia, pero más trastornos cutáneos».

Por eso, el centro hospitalario encargó a un centro de estética oncológica especializado de Alicante que impartiera algunas nociones básicas a los pacientes interesados (aunque finalmente acudieron solo mujeres, muchos hombres y también varones jóvenes se interesan por la estética cuando atraviesan estos procesos). Carla Bedia (del centro estético Isabel Bedia) les trasladó consejos relacionados con hábitos de higiene y cuidado de la piel, maquillaje, cómo escoger o usar pelucas, las diferencias entre las sintéticas y las de pelo natural, cómo colocar un turbante o pañuelo para que quede fijo y aparente tener pelo dentro... Eso, y también cosas que durante el tratamiento hay que evitar, como productos con componentes químicos, tratamientos que pudieran infectarse o masajes que afecten a zonas linfáticas. Y es que las personas que se están tratando un cáncer pueden experimentar sequedad en la piel, hiperpigmentación, caída de cejas y pestañas, cambios en el tono de la piel... «Además de fomentar su autoestima mientras están en tratamiento, un buen cuidado permite que después se recuperen mejor», sostiene.

Asistentes al taller compartieron ayer preocupaciones comunes que, puestas sobre la mesa con personas que atraviesan lo mismo, se naturalizan. La aparición de acné, de manchas en la piel, las molestias de sentirse «estigmatizadas» como enfermas... A través de la imagen caen buena parte de las barreras que condicionan su relación con el entorno, desde la forma en que los allegados o incluso desconocidos se relacionan con ellos hasta cómo se sienten consigo mismos.

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