Los cofrades del Descendimiento de la Cruz vivirán este año una Semana Santa con un significado especial. Una de las agrupaciones más antiguas de la ciudad que sale en procesión conmemora su 160 aniversario y, por ello, estrenará un sudario que mostrará a lo largo de su recorrido por las calles ilicitanas.
La cruz que compone el conjunto escultórico verá renovado su tradicional paño, bordado a mano con encaje de bolillos. Toda «una joya» para la cofradía, que ha sido elaborada de manera artesanal por los bordadores ilicitanos Francisco José Martínez Asensio y su madre, Josefa Asensio Huertas. Ambos han dedicado siete meses a la confección de un sudario, valorado en 4.000 euros, donado finalmente por sus propios artífices a la cofradía debido a la gran devoción que tienen a sus imágenes. Y es que esta pieza confiere una gran personalidad al trono que representa «La Piedad», ya que aporta movimiento y dinamismo a las tallas de Cristo yacido entre los brazos de la Virgen, delante de una gran cruz.
De esta manera, el Lunes Santo, desde la parroquia del Corazón de Jesús, saldrán a la calle cerca de 150 cofrades y discurrirán por Marqués de Asprillas, Reina Victoria, puente de Canalejas, Plaça de Baix, Corredora, Carrer Ample, Uberna, plaza del Congreso Eucarístico hasta llegar a la basílica de Santa María.
Pese a los avatares del tiempo, esta tradicional cofradía, fundada en 1856 por Francisco Torres Tarí, que salió en la Semana Santa ilicitana en 1861, ha ido creciendo con el paso de los años. «Es una pieza fundamental en las procesiones de nuestra ciudad, con una larga historia y una gran devoción», explicó Lutgarda Torres, presidenta del Descendimiento de la Cruz y tataranieta del fundador de la agrupación religiosa.
«La tradición se ha heredado de padres a hijos y son muchas las familias que pertenecen a esta cofradía, que también recibe la ayuda y las donaciones de mucha gente», apuntó su máxima representante.
Con ello, son muchas las historias que conserva esta cofradía en su gran legado. Entre ellas, se conoce que, inicialmente, estaba vinculada a los artesanos del cáñamo y que llegó a participar en la Trencà del Guió hasta la década de los años 70. En sus inicios salía del convento de San José. Posteriormente, realizó su salida penitencial desde el convento de la Merced y las imágenes poseían altar propio y recibían culto en la ermita de San Sebastián. Tras la Guerra Civil, la cofradía interrumpió su participación en las procesiones porque sus tallas fueron quemadas y en los años cuarenta tuvieron que salir con imágenes de cartón piedra. Ya en 1952, el Descendimiento de la Cruz recuperó la normalidad, con las esculturas que actualmente están expuestas al culto en el Corazón de Jesús.
Efemérides
Los 160 años de aniversario de la fundación de la cofradía serán conmemorados en el mes de noviembre con diversos actos. Entre ellos, destaca una exposición de todo el patrimonio que conserva la entidad desde sus inicios, desde una candelaria, el mantel del altar de la ermita de San Sebastián y reproducciones de los trajes del siglo pasado. Además, habrá un concierto solidario y una procesión extraordinaria.
