«Se ha acabado poner paños calientes a las decisiones arbitrarias, intempestivas, agresivas y estridentes con muchos sectores de la sociedad ilicitana». Con esas contundentes palabras, pero con el ánimo aparentemente tranquilo, el alcalde de Elche, el socialista Carlos González, y sus siete concejales, decían ayer basta a las formas de proceder de Ilicitanos por Elche.

Hasta el propio González reconocía que la situación era insostenible en el Ayuntamiento y aunque agradeció el trabajo de los dos ediles de Ilicitanos por Elche, no pudo evitar reiterar en varias ocasiones que en el caso de Cristina Martínez se habían dado «conflictos» y «enfrentamientos caprichosos con distintos sectores de la sociedad» que no se podían tolerar más.

El primer edil, que apeló al «interés general» y en favor de «la viabilidad de un Gobierno municipal progresista», explicó que al término de la junta de gobierno local de ayer, sobre las 10.20 horas, conminó a Cristina Martínez a que pidiera públicas disculpas a los ilicitanos por sus continuas salidas de tono y a cambiar de actitud, o que de lo contrario a las 13 horas firmaría el decreto retirándole sus competencias. El punto y final estaba anunciado.

«Semana sí, y semana no, nos encontrábamos con conflictos gratuitos, caprichosos», lamentaba de nuevo el alcalde en la sala de prensa del Consistorio, acompañado de sus ediles Patricia Macià, Héctor Díez, Ana Arabid, José Pérez, José Manuel Sánchez y Tere Maciá.

El máximo mandatario local reconocía además que no tenía ninguna queja del otro edil de Ilicitanos, Fernando Durá. Incluso cuando aún no sabía que éste había presentado su renuncia junto a Martínez, el alcalde estaba dispuesto a mantenerlo en el Ejecutivo, si así quería Durá.

González comunicó ayer a los líderes comarcal, provincial y del PSPV, entre otros, así como a la oposición municipal, la decisión que había adoptado.

«Hemos intentado mantener vivo un equipo de gobierno desde el interés de la ciudad, pero entendemos que es insostenible. No puede seguir funcionando porque uno de los miembros ha estado provocando conflictos», dijo.

«Hemos tenido ocho meses muy difíciles de gobierno», «no podíamos seguir así el resto de la legislatura» y «ponemos punto y final a la pertenencia a un gobierno que ha ocasionado más conflictos y enfrentamientos que otra cosa en estos ochos meses», fueron otras de las frases del alcalde, que a cada minuto que pasaba estaba más convencido de su decisión.

Dicho lo cual, el socialista dejó la puerta abierta a alcanzar acuerdos con todos los partidos, incluso el PP -«han tenido una actitud razonablemente constructiva», dijo-, dada la relación de «cooperación, respeto y entendimiento con el resto de fuerzas políticas». González, por tanto, no se negaba a «ninguna posibilidad que suponga reforzar este gobierno. No están ni puertas cerradas, ni las claves resueltas».

A partir de aquí, el regidor indicó que ahora cabe iniciar un diálogo con Compromís «para conocer su criterio» y se mostró esperanzado de poder «fortalecer los lazos» con esta formación. Y en este punto anunciaba ayer Compromís que decidirá su futuro en el equipo de gobierno en una inminente ejecutiva y también asamblea del partido, que posiblemente se celebre este lunes.

La lideresa de la formación política, Mireia Mollà, afirmó no obstante sentirse decepcionada con el alcalde porque, según dijo, se enteró al mismo tiempo que el secretario municipal y la interventora del ultimátum. Mollà, que compareció tras el alcale, en la misma sala y también acompañada de sus otros tres concejales (Esther Díez, Felip Sánchez y Antonio García), pidió tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido. «El encaje que tenga que ser, será el que decida la ejecutiva y la asamblea», reiteró.

La responsable del partido dijo que continúan en el Ejecutivo, pero indicó que a partir de ahora puede darse cualquier escenario: desde gobernar en minoría con o sin apoyos, a que sea factible contar con algún otro partido. «Eso debemos valorar. Tenemos que hablar con el socio de gobierno y con la comisión negociadora del pacto, pero no podemos ser ajenos a lo que diga la ejecutiva», declaró.

Desde la formación política se aseguró también que no han tenido ningún problema en trabajar tanto con ediles del PSOE como con los de Ilicitanos por Elche, aunque no ocultó que en este viaje «ha habido discrepancias políticas. El más conocido el del IBI, pero hemos trabajado con todos los actores. No podemos decir que hayamos encontrado una actitud negativa» «No tengo un balance negativo del trabajo que hemos podido hacer con Ilicitanos», agregó.

De este modo, indicaba que Compromís no tenía una mala consideración de la forma de actuar de Cristina Martínez, algo que el grupo municipal socialista sí venía denunciando.

«El qué no ha cambiado. El quién y el cómo sí, y eso es lo que tenemos que ver ahora», apuntaba Mollà, para asegurar rotundamente que Elche sigue siendo un «municipio del cambio».

La responsable de Compromís quiso remarcar que su partido «ayer, hoy y mañana velará por los intereses de los ciudadanos» y recordó que en muchas ocasiones este partido ha venido siendo el garante de la estabilidad del Gobierno cuando ha habido problemas entre PSOE e Ilicitanos.