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Posturas encontradas sobre la ORA

La opción de ampliar la zona azul genera división de opiniones entre los ilicitanos, que, no obstante, sí coinciden en que falta aparcamiento en pleno centro

Una zona azul donde la terraza y el contenedor han supuesto la eliminación de plazas para vehículos ANTONIO AMORÓS

El estacionamiento en el centro de cualquier ciudad siempre es un asunto polémico. Nunca llueve a gusto de todos. Pero si hay algo en lo que coincide la gran mayoría es en que nunca hay aparcamiento suficiente. Y si lo hay, suele ser de pago.

Distintos ilicitanos consultados ayer a pie de calle, así como algunos pequeños empresarios y repartidores, se mostraban divididos cuando se les enfrenta a la cuestión de si Elche debe, no sólo para el centro, sino también para las vías comerciales más transitadas del casco urbano, incrementar o no los espacios destinados a estacionamiento regulado temporal.

Para unos es algo totalmente necesario ampliar el aparcamiento regulado para que siga habiendo rotación. Muchos opinan que las plazas existentes no cubren la demanda. Para otros, las cosas siguen sin estar económicamente boyantes para que además se eliminen plazas «gratis» en favor de extender la ORA.

Una pareja que acudía ayer a realizar unos trámites en la Oficina Municipal de Atención al Ciudadano (OMAC) sita en el Ayuntamiento, explicaba su situación claramente: «Allá, pero allá hemos dejado el coche», dando a entender que para realizar cualquier trámite en el centro, tienen que aparcar lejos.

«Aquí es imposible», señalaba otro ciudadano, aparentemente pensionista, que acaba de escuchar la conversación sobre si hay facilidades o no para dejar el vehículo cerca del Ayuntamiento o alrededores.

Cerca de la ladera del río o en el aparcamiento de Candalix, o incluso en la zona habilitada para ello frente al edificio La Galia, en pleno campus de la Universidad Miguel Hernández, eran algunas de las respuestas de distintos viandante cuando desde este diario se les pedía que indicaran dónde dejaban el coche habitualmente cuando tenían que aparcar o acometer alguna gestión por el centro urbano.

Algunos repartidores de calzado o de paquetería sí que indicaban que a ellos les daba igual, porque sus necesidades son otras: si cuando llegan al área de carga o descarga, ésta está saturada, aparcan en doble fila, o sobre la acera, aunque sea una calle peatonal. A ellos poco les va, reconocían los dos empleados consultados, si se extiende más la ORA o no en Elche. Ellos no la utilizan, más que nada porque para su trabajo no les es práctico, afirman los trabajadores.

Desde una cafetería ubicada en una perpendicular cerca de la calle Vicente Blasco Ibáñez, cuya terraza exterior ha pasado a ocupar algunas plazas de estacionamiento regulado, una trabajadora ponía énfasis en que si el Ayuntamiento se «queja» de que está dejando de ingresar algunos euros por estos espacios antes reservados para la ORA, «que cuente lo que está ingresando por las tasas (de mesas y sillas) en la vía pública». En su opinión, al Consistorio le es ahora más rentable autorizar terrazas que habilitar plazas para vehículos.

El caso es que las posturas no para nada son coincidentes: hay quien quiere más espacios en zona azul porque está cansado de dar vueltas con el vehículo para al final no encontrar sitio, y los hay quienes consideran que el afán recaudatorio del Consistorio se antepone al verdadero deseo de posibilitar una solución al problema del aparcamiento en el centro que no pase por alquilar una plaza o dejarlo en un parking.

En definitiva: diversidad de opiniones ante un problema que lleva años sin perder lamentablemente actualidad.

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