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Kelme y la Fiscalía piden 27 meses de prisión para el expresidente del consejo

El juicio por administración desleal analiza si Benjamín Clarí hizo perder 1,2 millones a la firma

Ayer llegaron a su término en el Juzgado de lo Penal 2 de Elche las declaraciones de testigos previstas en el juicio contra el expresidente del consejo de administración de Kelme entre 2006 y 2008, Benjamín Clarí, a quien la firma como acusación particular y la Fiscalía piden 27 meses de prisión por un delito societario de administración desleal, nueve meses menos de los tres años que inicialmente solicitaban al aplicar el atenuante de dilaciones indebidas. La defensa, por su parte, pide la absolución.

Los hechos que se juzgan se remontan a su etapa al frente de la entidad, en una fase en la que la marca era propiedad de Incadesa y en los inicios de gestión por parte de New Millenium Sports, que la compró a partir de 2008. Los nuevos propietarios detectaron entonces que existía un contrato altamente perjudicial para la empresa, según sostienen en su querella y a lo largo del juicio, y que consistía en que Kelme se comprometía a pagar a otra empresa 300.000 membranas para fabricación de calzado al trimestre, independientemente de cuántas pidiera y cuántas usara en sus modelos. De hecho, y según han venido declarando testigos en el juicio (anteriores encargados de fabricación o de diseño, entre otros), la membrana sólo se utilizó en una gama de calzado de alto precio de la que estaba previsto fabricar 25.000 unidades al año, por lo que se habrían pagado 1,2 millones por material que no se necesitaba y que nunca se sirvió, en un momento de profunda inestabilidad económica y de impago de nóminas.

En ese contexto, Benjamín Clarí ha asegurado en su defensa que el contrato tenía que acabar siendo beneficioso a medida que Kelme integrara esa pieza en todos sus modelos, puesto que estaba llamada a ser una revolución en el calzado deportivo y de alta gama que permitiría posicionar la marca y por tanto recuperar económicamente la entidad. En definitiva, que al cerrar la cantidad que se pagaba trimestralmente, la fabricante de la membrana se comprometía a enviar todas las unidades necesarias, también si eran más de las pagadas (algo que nunca llegó a pasar).

La acusación sostiene sin embargo que esa fábrica de membranas pagaba a su vez a una consultoría por interceder para obtener pedidos de Kelme y que esa consultoría era propiedad de Clarí, quien por lo tanto se habría beneficiado presuntamente de hacer un mal negocio para Kelme. El inventor de las membranas, el responsable de producción en Asia, el abogado de la empresa o el actual representante legal de New Millenium han declarado en el juicio, que se inició en noviembre.

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