A finales de 1996 la Generalitat Valenciana creaba por ley la Universidad Miguel Hernández en Elche. Con apenas un único edificio en pie (La Galia), la institución académica no tenía más remedio que acudir a instalaciones externas para poder organizar la apertura de su primer curso académico 1997/1998. El espacio escogido fue el Gran Teatro y ayer, y también como el 1 de octubre de 2007, cuando la UMH cumplió su décimo aniversario de creación, las escenas de los profesores con sus togas, el cortejo académico y el ambiente universitario se volvió a reproducir en el centro de la ciudad.

La Glorieta se convirtió durante varios minutos antes de las 12 horas, momento en que arrancó el acto de Santo Tomás de Aquino, en un escenario peculiar gracias a los profesores y a sus vestimentas que, sacadas de contexto, llamaron la atención a los viandantes que por el lugar pasaban y que incluso, como hizo una pareja de chinos y otros muchos, no dudaron en hacer fotos con sus móviles.

De igual modo, por primera vez, el cortejo académico recorría la entrada principal desde la Glorieta hasta el Gran Teatro, que se recuperó hace unos meses.

Dentro, el acto, que se prolongó más de dos horas, reunió a familiares y amigos de varias decenas de doctorandos y estudiantes premiados, así como a los distintos investigadores y profesores. Entre ellos, precisamente destacaron dos amigos del honoris causa procedentes de las universidades de Waterloo y Standford. Sus peculiares togas y «boinas» fueron de lo más comentado ayer en una jornada en la que la Universidad Miguel Hernández se vistió de gala y a través de este acto quiso volver a reivindicar su compromiso y cercanía con los ilicitanos y la ciudadanía.