Bienestar Social reactivó ayer los talleres de respiro familiar para discapacitados en el centro Francesc Cantó con el compromiso de «optimizar» el servicio y consensuar las necesidades con los familiares. Después de un parón de dos sábados, tras retirar la responsabilidad de gestionar la actividad a DYA, los usuarios asistieron con normalidad el taller con los mismos profesionales que anteriormente prestaron su servicio, tal y como solicitaron los padres.

La concejal de Bienestar Social, Tere Maciá, que acudió a supervisar el taller, destacó «que en ningún caso se prescindió del servició sino que hemos establecido supervisión, una relación con todas las partes implicadas; padres, profesionales y técnicos para prestar un servicio transparente, algo que no se había hecho hasta ahora». La edil del área añadió que «nunca hemos dicho que se ha rescindido el contrato con DYA para profesionalizar el servicio, sino que queremos poner orden, regularizar una situación opaca, que se daba durante el gobierno local del PP». Según el Ayuntamiento, DYA ha prestado este servicio de Respiro Familiar en 2015 a través de dos contratos menores, con dos facturas, la última de 7.000 euros. «En este momento no había supervisión sobre el servicio que se estaba realizando e Intervención recomendó que éste se debía prestar con un procedimiento administrativo, a través de un pliego de condiciones y se adjudicará en unos meses», afirmó Maciá.