El alcalde de Elche, Carlos González (PSOE), prefirió no comentar las declaraciones que su socia de gobierno en el Ayuntamiento, Mireia Mollà (Compromís), realizó la semana pasada, al señalar que aunque todos los informes de los técnicos municipales sobre el proyecto del nuevo Mercado Central fueran favorables, eso no significaría automáticamente que pudiera seguir adelante. Mollà agregó entonces que la última palabra no la tendría el Consistorio, sino tal vez Patrimonio de la Generalitat, incluso los tribunales, al permanecer el Plan de Reforma Interior (PRI) en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, y sin cerrar la puerta a posibles negociaciones con la adjudicataria.

«No voy a comentar opiniones de otros grupos. Nosotros estábamos en contra de una forma de hacer las cosas como las ha hecho el PP: un proyecto hecho contra la voluntad de la mayoría», dijo el primer edil.

Preguntado también por el hecho de que Mollà, edil de Relaciones Institucionales, sea la encargada de presidir la nueva mesa técnica específica sobre el Mercado , en la que estarán presentes políticos del equipo de gobierno y técnicos municipales y que está previsto que se constituya mañana viernes, González volvió a decir: «Cada grupo tiene su posición».

El primer edil recordó no obstante que el proyecto «fue aprobado por los órganos competentes» -cuando gobernaba el PP- y que tomarán las decisiones «en el marco de los informes técnicos y de la firma de un contrato», para añadir: «Los tres partidos somos responsables», en alusión a PSOE, Compromís e Ilicitanos por Elche, que conforman el tripartito.

El alcalde insistió: «Hay un contrato firmado, la legalidad es incuestionable», al tiempo que abogó por el «diálogo y el consenso» entre las partes implicadas -gobierno, empresa adjudicataria y placeros- y pidió no judicializar el asunto del nuevo Mercado Central.

También quiso dejar claro que el ejecutivo «en ningún caso está dilatando en el tiempo» el caso.