La Conselleria de Justicia, a través de su departamento de Infraestructuras, ha iniciado ya la elaboración de un informe sobre deficiencias en el edificio de la Ciudad de la Justicia de Elche con la intención de comprobarlo punto por punto con la Unión Temporal de Empresas (UTE) que construyó el inmueble para reclamar que sean reparadas. No está claro por el momento a cuánto asciende el valor de la intervención, ni si en todos los casos corresponderá pagarla a la UTE, puesto que se ha de analizar si se trata de defectos en la construcción o en el mantenimiento. Esos extremos se dirimirán en una reunión para la que la Conselleria está buscando fecha, según aseguran sus responsables, tras la que se hará una inspección conjunta.
Para el personal que trabaja a diario en la Ciudad de la Justicia, resulta evidente que algunos de los desperfectos se detectaron desde el primer momento en que se estrenó el inmueble, que apenas tiene cinco años y medio de uso, pero la administración nunca ha tratado de solventarlos.
Es el caso de las goteras que afectan a los sótanos y que aparecen cada vez que llueven cuatro gotasgoteras. Los archivos de algunos juzgados, ubicados en el primer sótano, se mojan cada vez que Elche registra apenas unos litros por metro cuadrado (el archivo del Juzgado de Familia, entre otros), lo que pone en peligro su custodia. Bajo las estanterías, los charcos son un habitual. Una planta más abajo, el sótano donde se sitúa el aparcamiento de vehículos ha llegado a tener auténticas cataratas que coinciden con juntas de dilatación del edificio.
Precisamente a principios de octubre, la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, visitó la Ciudad de la Justicia de Elche una mañana en que acababa de llover. Por eso pudo comprobar con sus propios ojos que -lejos de ser exageradas- las quejas del personal están más que fundadas, y por ello anunció que se averiguaría si se podía ejecutar la garantía de la construcción.
En paralelo a las goteras, los charcos y las salas empapadas (también junto a las celdas en las que esperan los detenidos a ser juzgados o a prestar declaración judicial), la consellera pudo conocer el enorme agujero que tiene el techo del salón de actos, que está totalmente inutilizado (y que, por no tener, no tiene ni pantalla, micrófonos y sistema de sonido). El techo se desplomó en julio, y más de un año lleva averiada la puerta de cristal del acceso principal, lo que en algunas circunstancias puede suponer un problema de seguridad en una eventual evacuación. Mientras tanto, desde mantenimiento se ha notificado a la Conselleria en repetidas ocasiones tanto el problema de las filtraciones de agua como el vencimiento del techo antes y después de que acabara por desplomarse, sin ningún efecto hasta la fecha según se ha venido lamentando.
