Dos hombres acusados de haber establecido en el polígono industrial de Carrús de Elche un laboratorio de drogas de diseño aceptaron ayer tres años de prisión y multa de 100.000 euros al reconocerse autores de un delito contra la salud pública con sustancias que causan grave daño a la salud; un delito de elaboración, suministro o comercio de sustancias nocivas para la salud; y un delito de fabricación, comercio o posesión de precursores. Los dos acusados, que llevan desde octubre de 2014 en prisión provisional, podrán acceder ahora a beneficios penitenciarios y solicitar cumplir el resto de su condena en sus respectivos países, puesto que uno de ellos (de 31 años) es de nacionalidad lituana y el otro (de 22) británico. Los condenados fueron sorprendidos una mañana en una nave alquilada tras recibir la Policía Nacional una llamada de una mujer que consideró sospechosa su actitud.
Los agentes que acudieron al lugar, en la calle Gayanes, descubrieron que la nave no tenía aparentemente actividad (algo que confirmaron empleados de empresas anexas) y al conseguir que les abrieran la puerta se encontraron con que dentro de las instalaciones había numerosa maquinaria, pastillas y sustancias en polvo, así como bolsas transparentes y material para envasarlas en dosis. También en el hotel en que se habían alojado los detenidos el personal de limpieza halló un kilo de una sustancia en polvo envuelta en papel de plata.
Tras los análisis, el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid y los informes de laboratorio determinaron que se trataba de 150 kilos de cannabinoides sintéticos, otros 50 kilos de sustancias no fiscalizadas aunque sí relacionadas con drogas como anfetamina, metanfetamina, BZP, DMT o catinona (a las que se atribuyen efectos de supresión del sueño o del apetito, aparición de euforia, alucinaciones, aumento de la sociabilidad o el deseo sexual), así como 13 kilos de sustancias sí fiscalizadas como precursores habitualmente empleadas en la síntesis de drogas.
