Como en las películas de zombis y de amenazas apocalípticas. Esa pinta tienen las instalaciones que hasta el año 2011 ocupó la Estación Phoenix en el Hort del Gat ahora que llevan cuatro años abandonadas. Cristales rotos, puertas desencajadas, enchufes arrancados de la pared, cables sacados de las guías, estanterías volcadas por el suelo, documentos esparcidos al aire por las habitaciones, muestras de productos químicos derramadas en estanterías, cajas de muestras tiradas por los rincones... Nada de lo que hay dentro del edificio, en el emblemático huerto junto el Instituto Sixto Marco, parece haberse considerado de valor. Microscopios, muestras de dátiles y botes de compuestos atrapados entre la escarcha en congeladores que siguen encendidos sin que se entienda por qué, probetas, cajas, carpetas, archivadores, libros, revistas, calendarios, correos electrónicos, aparatos científicos, balanzas, libretas con anotaciones... Años y años de proyectos de investigación dejados a medias o abandonados sin volver la vista atrás.

Eso que fue un centro de investigación sobre el dátil y que intentó encontrar la solución a la amenaza del picudo que hace unos años se le venía encima al Palmeral de Elche (y que ya hace tiempo que llegó para quedarse) parece ahora que haya envejecido décadas. Peor aún, ha quedado reducido a almacén de la brigada de Parques y Jardines. Una escalera «forrada» con pinturas murales y altorrelieves de artistas como Cañizares o Torres Bru.

El equipo de gobierno del tripartito (PSOE, Compromís e Ilicitanos por Elche) se ha encontrado ese panorama y no acierta a encontrar la forma de pagar la reparación de tanto desperfecto, los restos del vandalismo y las consecuencias del abandono.

Porque recuperar el edificio del Hort del Gat parece a simple vista muy costoso. Por eso los concejales de Mantenimiento y Limpieza, Héctor Díez, y de Medio Ambiente y Palmeral, Antonio García, aseguraron ayer que primero intentarán limpiarlo con medios propios, que las brigadas de operarios municipales harán las reparaciones que puedan -comenzando por evitar filtraciones- y se inventará lo que haya dentro, mientras a nivel político se intentan encontrar las ayudas o subvenciones que puedan servir para devolver al edificio su dignidad. Hasta entonces no se puede adelantar a qué podría dedicarse el espacio, para el que el anterior equipo de gobierno anunció sin llegar nunca a ponerlo en marcha un recinto cultural.

Metáfora

El polémico cierre de la Estación Phoenix y sus consecuencias se han tornado, a ojos del concejal Antonio García, elocuente metáfora de la «desidia» del PP:«El edificio que albergaba el mayor centro de investigación sobre el palmeral y el picudo» está en ruinas y los viveros anexos que se plantaron para estudiar la adaptación de palmeras foráneas en la producción de dátil se han convertido «en el mayor foco multiplicador y propagador del picudo», tal y como publicó este diario ayer, puesto que se ha localizado que dos de las tres parcelas plantadas junto al Hort del Gat tienen una afección por el escarabajo del 22% (cuando la media de los huertos municipales es del 1,1%) y ha habido que comenzar a arrancar 300 palmeras para evitar que la plaga se siga haciendo fuerte en ellas (ayer mismo personal y maquinaria de Tragsa se pusieron a la tarea para destruirlas en las próximas semanas).

«Laboratorio cultivo invitro», dice el cartel de una puerta. Abrirla y traspasarla es desalentador. Instalaciones pensadas para mantener en marcha iniciativas científicas se encuentran totalmente desaprovechadas. «Una vez se expulsó de aquí a la Estación Phoenix no se tomó ninguna medida para conservarlo ni siquiera para evitar robos, por eso está en un estado ruinoso que no se puede arreglar con inversiones mínimas», dijo ayer Héctor Díez. En cuanto a la recuperación del centro, Antonio García dijo que consideraba importante que Elche reactive la investigación, aunque no puede plantearse a corto plazo en el edificio mientras no se resuelvan al menos la seguridad y el mantenimiento.