El Palmeral histórico de Elche tiene su mayor amenaza dentro de casa. El Ayuntamiento acaba de descubrir que son precisamente tres viveros de titularidad municipal -y por tanto de su responsabilidad- los que concentran el foco de picudo rojo más importante detectado hasta ahora. Son tres parcelas pegadas al Hort del Gat y al Hort de Don Claudio (entre el cuartel de la Guardia Civil y el Instituto Sixto Marco) en las que el 22% de los ejemplares de palmeras datileras están infestados por la plaga, un auténtico «nido» de picudo, el «mayor foco» encontrado hasta la fecha y que no se espera superar según hizo público ayer el concejal de Medio Ambiente, Antonio García.

El porcentaje toma importancia cuando se compara con en el resto del Palmeral protegido, donde los huertos municipales se encuentran afectados en una media de un 1,1% de sus ejemplares y en los que se plantea que alcanzar un 10% es motivo suficiente como para plantearse cortar por lo sano la parcela. Y es que la presencia de picudo no se limita en absoluto a esos viveros, sino que desde ahí el escarabajo se hace fuerte, se reproduce y se expande en época de vuelo. Por eso la solución va a ser drástica y consiste en talar 300 palmeras de los dos viveros de los extremos e intentar recuperar 164 ejemplares del vivero del centro, que fue el último que se abandonó y se quedó sin mantenimiento alguno y que por ello está menos afectado.

El concejal explicó ayer que este foco se ha podido hallar gracias a la elaboración desde el pasado mes de octubre de un «mapa de picudo» que busca los principales núcleos propagadores de la plaga. Las palmeras que se encuentran en estos viveros se plantaron en 1989 para estudiar la adaptación y calidad de los dátiles de variedades de palmeras datileras no autóctonas de Elche a iniciativa del Ayuntamiento y la Estación Phoenix, mediante un acuerdo con un instituto de agricultura francés. En concreto, las «vitroplantas» se importaron de Oriente Medio y los malos resultados de dos de las parcelas provocaron que pronto dejaran de atenderse. La intermedia, que fue la primera que se plantó, siguió siendo estudiada por la Estación Phoenix y sirvió de objeto de investigaciones universitarias hasta que el anterior equipo de gobierno cerró en 2011 las puertas de esta institución. Desde entonces, el declive del tercer huerto se aceleró, hasta el punto de que toda la zona es una «auténtica selva, las palmeras están raquíticas, los hijuelos han matado a la madre, están afectados por hongos y cochinilla (lo que da idea de lo débiles que están)...», según el concejal, quien ayer valoró que «el picudo no es la enfermedad sino el síntoma; la verdadera enfermedad del Palmeral es la falta de mantenimiento».

A este respecto, señaló que el huerto más afectado localizado hasta la fecha era el Hort de Don Claudio, con un 5,9% de afección por picudo. Mientras que hasta ahora se estimaba que el 60% de las palmeras localizadas con picudo podían ser salvadas si se trataban adecuadamente, en estos viveros el 90% son irrecuperables, lo que les coloca en situación «terminal».

Así, aunque la línea maestra en la estrategia contra el picudo desde 2015 es la vigilancia, prevención y tratamiento de las palmeras ya afectadas, el edil añadió que en este caso la tala y destrucción resultan inevitables para que los viveros no continúen comportándose como focos de propagación. Son palmeras no autóctonas, que no dieron buenos resultados científicos y que no tienen valor para el Patrimonio de la Humanidad, dijo, por lo que relativizó la pérdida que supondrá arrancarlas de raíz. Para proteger las que sí tienen valor, se tratarán preventivamente los huertos cercanos.

Según los datos más recientes, entre 2009 y 2015 se han perdido más de 170.000 palmeras en el término municipal, unas 1.100 de ellas dentro del Palmeral histórico.

Presupuesto

El concejal de Medio Ambiente quiso ayer concretar que el presupuesto municipal para la lucha contra el picudo en 2016 se ha aumentado un 40% con respecto al año pasado, hasta 230.000 euros en distintas partidas presupuestarias.