Como un pistoletazo señala el inicio de una carrera de fondo, en cada estreno de año el calendario alerta y empieza el esprint hacia una vida más activa y saludablesaludable. Aunque no es la única línea de meta: a veces, sólo se persigue perder peso, eliminar el cargo de conciencia tan alimentado en Navidad o simplemente apuntarse a una nueva moda. Y todos a correr. O a nadar, subirse a la bicicleta, patinar, coger la raqueta o probar con el «crossfit» o el pilates. Y es que si, tiempo atrás, a las rutinas de gimnasio, los deportes tradicionales o los trotes a lo largo de la ladera del río Vinalopó le vienen acompañando otras prácticas tan manidas como las clases dirigidas de bicicleta estática -«spinning»- o baile aérobico, ahora se asientan otras con gran número de adeptos en Elche.
«Es exagerado. La gente se siente mal después de las fiestas y quiere hacer ejercicio como sea», señala Julio Pozo desde la recepción de uno de los clubes de pádel que han proliferado en la ciudad para romper con la etiqueta de esnobismo y convertirlo en uno de los deportes más practicados a nivel amateur en la actualidad. «Ahora mismo es imposible reservar una pista entre las 16 horas y las 00. Este año hay incluso más alegría que otros», reconoce Julio, quien detecta que los usuarios cada vez se lo toman más en serio: «Hay mucha gente que aprovecha para empezar con clases y perfeccionar su técnica».
No es el único caso de éxito. Muchas de las típicas salas de musculación, tan extendidas en el municipio ilicitano como en cualquiera, han derivado en una variante más «completa», según defiende una de las monitoras que la instruye: el «crossfit». Un tipo de entrenamiento a alta intensidad que «se ha puesto de moda porque se adapta a las exigencias de cada uno, en el que entrenas todo el cuerpo de una manera muy divertida y libre», afirma Carmen Castaño aportando la prueba definitiva para demostrar resultados: «Siempre tienes agujetas».
Otra alternativa que gana sitio en la lista de aficiones es el patinaje. «Es un deporte que ofrece mucha variedad de actividades, aunque hay que aprender bien antes para coger bien el ritmo y disfrutar», explica Javier Muñoz, presidente de la asociación ilicitana, al tiempo que enumera sus posibilidades: «Hockey, patinaje de fondo, recreativo, de velocidad...».
La oferta supera a la demanda y existen propuestas para todos los públicos y niveles de exigencia. En el perfil más pasivo, triunfan los programas de elasticidad y respiración como el pilates o las variadas rutas de senderismo por el pantano y las sierras cercanas. Pero, por supuesto, en esta clasificación de preferencias para sudar la camiseta, clásicos como las pesas, el «footing» y la piscina siguen a la cabeza.
Enero es, sin duda, el «agosto» de los gimnasios. Aún así, los profesionales celebran la voluntad de sus clientes con cierta cautela al recordar que no siempre se convierte en un hábito que recomiendan más allá de recuperar la línea tras un atracón de excesos.
