El estallido de una traca marcaba ayer el inicio de la procesión de la Venida de la Virgen en el tradicional «trono dels Angelets». Un recorrido celestial que cada 29 de diciembre, festividad local en Elche, sirve para demostrar el arraigo de esta celebración arropada por miles de ilicitanos.

Con todo ello, una colorida comitiva partía desde la basílica de Santa María pasadas las once de la mañana. Bajo el sonido de una potente cohetà, la imagen partía desde su templo para salir a la calle y estar más cerca de sus fieles. Una salida triunfal en la que la Virgen recibió una lluvia de loas lanzadas desde el campanario. Y es que, estos versos en cartulinas de colores, similares a las aleluyas que sólo se tiran el 15 de agosto y el Domingo de Resurrección, también fueron regalados ayer por primera vez a la Patrona por numerosos vecinos desde los balcones del centro de la ciudad.

En total, 35.000 loas fueron lanzadas entre ayer y el día 28, según la Sociedad de la Venida de la Virgen. De ellas 20.000 ejemplares contenían versos escritos en el siglo pasado y las otras 10.000 contaban con textos de los tres finalistas del concurso de loas, organizados con motivo del 150 aniversario de la fundación de la entidad religiosa que se conmemora este año.

Así, representantes de las comisiones de fiestas, tanto de la ciudad, como del Camp d'Elx, encabezaron el desfile procesional, seguidos de los pequeños heraldos que despertaban una sonrisa entre el numeroso público, concentrado en la calle. El arca de la Virgen, protagonista en la jornada anterior, en la que se conmemoró el hallazgo de la Patrona en la playa del Tamarit, también estuvo presente en el trayecto con su histórico mensaje de «Sóc per a Elig».

Las danzas también pusieron la nota folclórica a la cita y se entremezclaron con el ambiente respetuoso y contenido del cortejo. La aparición del guardacostas Cantó a lomos de su caballo «Enamorado» desató la admiración de los asistentes, los aplausos y los vítores de «Viva la Mare de Déu», «Viva la Patrona» y «Viva la Virgen de la Asunción».

Tras ellos, el trono de la Patrona se abría paso, rodeado de numerosos devotos que portaron velas, en señal de fe hacia la Virgen. A las espaldas de la imagen, marchó una nutrida representación religiosa, formada por una decena de sacerdotes y presidida por el obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui.

Las mantillas, los cantores del Misteri y las autoridades municipales cerraron, con el alcalde, Carlos González, por ese orden, cerraron la multitudinaria procesión, que culminaba en la basílica de Santa María.

De esta manera, el templo de La Festa se quedaba pequeño para recibir de nuevo a la Virgen de la Asunción y para asistir a la eucaristía oficiada por el obispo. La Escolanía del Misteri puso voz al encuentro y llenó de emotividad el acto, con Javier González, director de la Escolanía al frente del órgano.

«Estamos contentísimos con el apoyo que hemos recibido en todo el trayecto. Es de agradecer que los comercios por donde ha pasado la procesión han respetado la festividad y han cerrado, pese a que otros sí han decidido abrir», apuntó el presidente de la Sociedad Venida de la Virgen, José Antonio Román. Asimismo, el repesentante de la entidad también aplaudió la «presencia del alcalde en todos los actos de las fiestas patronales de invierno» y su «estrecha» colaboración.

Después de la celebración, la expectación se trasladó al puente de Altamira, donde se disparó una mascletà como ofrenda a la Mare de Déu.

Con ello, la Venida de la Virgen culminó la jornada festiva con una comida de hermandad a la que acudieron más de 150 personas. Jerónimo Tripiana se convirtió en el protagonista de la cita, al anunciar que deja su cargo como representante de Cantó, después de tres años escenificando el papel de guardacostas. Durante la comida, el jinete leyó una carta en agradecimiento a la sociedad, en la que aludía a «motivos de trabajo» su decisión de renunciar al destacado puesto en las fiestas patronales de invierno. Sus palabras llenaron de emotividad el encuentro entre los festeros, incluso desataron las lágrimas del presidente de la asociación.