Cuatro meses después, la historia vuelve a repetirse: un festivo de carácter local muy importante para Elche y, pese a ello, las grandes superficies tienen todo el derecho y el permiso de la Administración autonómica para poder abrir.
Esta situación, que se dio ayer coincidiendo con la procesión de la Venida de la Virgen, es prácticamente la misma que se generó el pasado 15 de agosto, día grande de las fiestas de Elche. Centenares de ilicitanos, pese a tratarse de un festivo en Elche, tuvieron que incorporarse a sus puestos de trabajo en las distintas áreas comerciales.
En contraposición, la gran mayoría de los comerciantes cerraron sus tiendas y negocios, respetando así una tradición y una jornada en la que los ilicitanos aprovechan para acudir a la procesión de la Patrona, salir a almorzar con sus familiares, dar un paseo por la ciudad y las playas, practicar deporte o simplemente descansar en casa.
Aunque algunos comercios del centro, de algunos barrios y también de algunas partidas ilicitanas sí subieron la persiana, la gran mayoría de los pequeños vendedores decidió descansar, pese a tratarse de una semana donde las ventas se incrementan considerablemente.
Mientras tanto, en las centros comerciales de la ciudad, la imagen era bien distinta, ya que muchos ciudadanos aprovecharon su apertura para llenar la nevera, cambiar regalos de Nochebuena y realizar las compras de los Reyes Magos.
Hubo mucha gente que disfrutó por la mañana con su tiempo de ocio y por la tarde acudió a estas áreas para realizar compras o ir al cine, de ahí que estos centros recibieran ayer mucha afluencia y se hiciera mucha caja.
El presidente de la Venida de la Virgen, José Antonio Román, insistía en que, en estas fiestas, además de la Virgen, el otro protagonista es el pueblo de Elche «que se vuelca y que es una maravilla», y no tenía duda de que la gran mayoría de los pequeños negocios ilicitanos no iban a abrir por cariño a la Virgen y que también muchos ilicitanos estarían cumpliendo con la tradición ayer de ver a la Patrona de nuevo por las calles de Elche
Por su parte, el alcalde, Carlos González, insiste en que el equipo de gobierno está trabajando para que en 2016 no se repita lo ocurrido en 2015, como es que en dos fechas grandes y festivas para el municipio, las áreas comerciales tengan permiso para abrir como si fuera una jornada normal.
Desde el Ayuntamiento se indica que la decisión de permitir abrir ese día los comercios la adoptó en octubre de 2014 la Generalitat Valenciana, a través del Observatorio de Comercio, dependiente de la Conselleria de Economía y Empleo, cuando eligió el 15 de agosto como uno de los diez días festivos al año que puede designar la Comunidad.
El Ayuntamiento de Elche tuvo la posibilidad de pedir al Consell un cambio para esta fecha y también para el 29 de diciembre, pero no lo hizo y el plazo expiró el 31 de enero de este año.
