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El grillo como fuente nutricional y de negocio

La UMH da cobijo a una idea ya asentada como empresa que quiere producir cebo vivo y harinas

El grillo como fuente nutricional y de negocio

Proteínas, fósforo, omega 3 y más vitamina C que la naranja. Es el alto valor nutricional de un insecto tan despreciado para la ingesta humana como lo fue la langosta hace un tiempo y a partir del que una innovadora idea se ha asentado como empresa en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche: el grillo. La propuesta de «Insect Side», el nombre elegido por David Carrillo y Ángela y Concha Cuenca para su iniciativa comercial, conlleva tres líneas de acción. La primera -y por el momento única en desarrollo- es la cría masiva de este insecto para producir y vender cebo vivo con que alimentar a animales tales como ranas, camaleones, serpientes, lagartos o arañas grandes.

El sótano de casa en el que empezaron a reproducir grillos se les quedó pequeño y recientemente se han trasladado al Parque Científico de la Universidad tras pasar por su incubadora y aceleradora de negocios, la Nau de la Innovació, donde los «bichos» gozan de mejores condiciones. El proceso es simple: una caja de plástico con ventilación, hueveras para ampliar la superficie, multitud de grillos con comida -cereales, lechuga y fruta-y un algodón empapado a modo de bebedero para hidratarse. En dos meses, un ejemplar se convierte en adulto y pone huevos que eclosionan a los quince días. Y volver a empezar. La ambición es alcanzar los dos millones de ejemplares. Tampoco el sistema de distribución presenta complicaciones, ya que los insectos pueden aguantar hasta cinco días en envases correctamente acondicionados.

Harinas

Reforzados por la decisión del Parlamento Europeo de aprobar el pasado 28 de octubre la regulación de insectos en la normativa alimentaria, Concha, Ángela y David están convencidos de poder introducir a sus grillos en nuestras despensas convertidos -deshidratados y molidos- en harinas para usos convencionales. Conocen la barrera cultural que supone consumir insectos en la parte occidental del mundo, pero defienden que puede ser cuestión de tiempo derribarla. «La generación de mis padres nunca habría comido sushi», ponen como ejemplo. Otra de las vertientes por las que pretende discurrir «Insect Side» es la utilización de los excrementos de los insectos como fertilizante natural para explotaciones agrarias. Una opción de resultados ya comprobados en viveros que busca ser alternativa a los productos químicos empleados para tal fin.

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