Desde hace cinco años, el domingo previo al día de Navidad Elche deja a un lado el voraz consumismo habitual de la época para acudir a un mercado del que se puede salir cargado de productos sin necesidad de gastar un euro. Con el trueque como sistema de comercio y bienes propios como moneda, la plaza de Castilla volvió a ser el escenario de un espacio de compromiso social con alma solidaria.

Numerosos puestos de juguetes, libros, manualidades o alimentación recibieron a lo largo de todo el día centenares de visitantes dispuestos a intercambiar sus objetos. Sobre todo los más pequeños, quienes ojeaban los expositores con la misma ilusión que se posan ante relucientes escaparates. Justo con esa idea nació el mercadillo hace ya un lustro, recuerda la presidenta de la asociación encargada de su organización, Inma Lara. «A ellos les gusta estrenar juguetes y todos los que se ofrecen aquí están en buen estado», reivindica valores más allá de marcas y etiquetas.

Pero hay mucho más que juguetes y chavales satisfechos. Algunos comercios del barrio se unen -cada vez en mayor número- a la causa. Una larga mesa los recoge a todos en una lista de descuentos a los que acceder a cambio de un kilo de comida no perecedera que en cada edición supera los 200 con destino a los comedores de Cáritas.

Actividades como pintura de cara, «photocall» y actuaciones de baile y teatro con temática infantil sobre un escenario instalado para la ocasión también se pagaron «en especias», por lo que la jornada fue de lo más amena.

La Navidad continúa respirándose por todos los rincones de una ciudad que ayer contó con más propuestas para pasar un día en familia, como la actuación de la Escolanía del Misteri d'Elx en el Gran Teatro, que interpretó el espectáculo musical «Cántame un cuento» para el disfrute de los niños y niñas que se dieron cita.