Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los ataques de conejos a cultivos del Camp d'Elx crecen sin control

Los agricultores buscan nuevas herramientas legales ante la ineficacia del descaste y otros métodos practicados

Los ataques de conejos a cultivos del Camp d'Elx crecen sin control

Obligados a convivir con un «enemigo» protegido. Los ataques de conejos a las explotaciones agrarias del Camp d'Elx crecen sin un control tan necesario como enquistado a lo largo de los años: la especie está contemplada como cinegética -destinada a la caza- y no como una plaga por erradicar que en los últimos ejercicios cifraba pérdidas económicas anuales en hasta 50.000 euros y en 2015 se han disparado un 25%, según cálculos de laComunidad de Regantes de Carrizales, el colectivo principalmente afectado. «El conejo está llegando a zonas donde antes no llegaba», alerta su presidente, Fernando Antón, quien reconoce lo «inevitable» de compartir hábitat con la especie, pero reclama un dominio de una situacón «desbocada», como define Juan Miguel Montaner, portavoz de la asociación.

Los agricultores se manifiestan indefensos ante la ausencia de medidas eficaces y la falta de capacidad para atajar esta dañina superpoblación. En muchos casos, plantaciones de alfalfa, habas, brocoli o granadas, tan habituales en un terreno muy atractivo para los conejos por su biodiversidad, están abocadas a ser abandonadas o segadas para volver a empezar. «Actualmente se efectúa el descaste -abatimiento directo-, pero es insuficiente porque se esconden en lugares donde el cazador no tiene acceso. Otro problema es que el conejo es un animal nocturno y por la noche está prohibido cazar», reconocen con una resignación que se prolonga al enumerar el resto de actuaciones que han puesto en práctica sin éxito: el rocío matinal deshace el efecto de los repelentes que, además afectaría a otras especies, la caza con hurón se complica ante la reticencia de sus propietarios por miedo a ahogamientos en canales y azarbes y otros depredadores naturales como los réptiles escasean en la zona de Carrizales.

Por todo ello, el hartazgo acumulado ha marcado la asamblea del próximo mes de junio como fecha límite para dar con una intervención válida. Con ese fin, los comuneros tienen previsto, a principios del próximo año, mantener una reunión con el delegado territorial de la Conselleria de Medio Ambiente, Miguel Gomis, la instancia competente más cercana, y confeccionar una mesa de trabajo. Una de las cosas que se propondrá será la gestión propia de un coto actualmente en manos de los responsables de la reserva de caza de la Sierra del Molar, a quienes deben recurrir cada vez que las «fechorías» de los roedores se masifican. No obstante el producto estrella, el melón de Carrizales, no es uno de los cultivos «preferidos» por los conejos y sólo suele verse afectado en su primer estadío de plantación.

El Ayuntamiento de Elche, por su parte, a través de la concejalía de Medio Ambiente, admite la complejidad del asunto abogando por un equilibrio «ambientalista» que «respete el ecosistema desde el punto de vista animal» sin olvidar que el proyecto que se realiza en Carrizales «no es sólo agrícola, sino que ayuda a la conversación del territorio». Por ello, insta a Conselleria a responder teniendo en cuenta todos los intereses desde «un espíritu ecologista» y una «conciencia medioambiental», sostiene el edil Antonio García. Un punto de vista que comparten en gran medida los comuneros: «No queremos acabar con el conejo, sino una solución para los muchos que viven de lo que cultivan en el campo».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats