«Hemos perdido todo el margen de ganancias. Las prendas de invierno se venderán en rebajas. A la gente no le queda otra que comprar ropa de entretiempo», explica Isabel, propietaria de un negocio de moda del centro ilicitano. Y es que, a mitad de diciembre no es muy difícil encontrarse por la calle a la gente en manga corta o con las chaquetas colgadas del brazo, sobre todo al mediodía.
Ante ello y con temperaturas máximas próximas a los 23 grados, los comercios de Elche se han visto muy resentidos, porque la llegada del frío se retrasa cada vez más con el paso de los años y eso se traduce en no vender abrigos, ni jerseys, ni gorros, ni bufandas, ni guantes...
«A mí me salvan los clientes que trabajan fuera y viajan mucho a otros países donde sí hace frío. Los compradores locales todavía no han venido a por la ropa de invierno», apuntó otro comerciante de un negocio de moda. Como él, Lola, la encargada de otro establecimiento señaló que «la gente que se lleva un abrigo es por capricho, no porque haga frío. Estamos en una época en la que gente tiene ganas ya de vestirse de invierno». Por su parte, la dependienta de una tienda de calzado local anotó que «los zapatos más invernales, como son los que llevan pelo, están en los escaparates porque no hace tiempo de llevarlos».
De esta manera, hay incluso grandes firmas que se han visto obligadas a poner descuentos hasta del 30% en los abrigos para tratar de animar las ventas. Con esta resignación, los comerciantes coinciden en que son muchos los que compran prendas atemporales y de manga corta, pese a estar a las puertas del invierno.
Así, el sector de la moda y el calzado teme que frío llegue coincidiendo con la campaña de rebajas, por lo que los clientes se esperarán a después de Navidad para estrenar la ropa de abrigo.
