Todo acabó con final feliz. Gracias a la honradez de una vecina, Conchita Guilabert, y al compromiso personal del alcalde de Elche, Carlos González, el propietario de unos décimos y dos chequeras extraviadas, Tomás García, ha podido dormir tranquilo esta pasada noche.

Todo se remonta a ayer por la mañana. El vecino, que confesó que tuvo que beber agua y vino para intentar relajarse al darse cuenta que había perdido un sobre con los décimos de la Navidad y las chequeras bancarias, había depositado estos papeles, que luego extraviaría, sobre el capó de su vehículo.

Sea como sea, éste arrancó sin acordarse del sobre, de modo que quedó en el suelo de la calle Solars. La buena fortuna hizo que en ese momento pasara Conchita, una persona de edad avanzada, que se encaminaba a comprar el pan.

Al ver el sobre en el suelo y lo que había en su interior, la avaricia no se le apareció ni por un momento y, toda decidida, se encaminó, pasado el mediodía, al Ayuntamiento a entregar a un agente de la Policía Local tamaño hallazgo.

La casualidad hizo que en ese preciso momento entrara el alcalde, al que, amablemente, le «encomendó» que se encarga él mismo de encontrar al propietario y devolverle el contenido del sobre.

Ante tal petición el primer edil no tuvo ayer reparto ninguno en acatar las «órdenes» de su convecina. Dicho y hecho. Alcaldía se movilizó y localizó de inmediato al propietario, gracias al nombre de las chequeras.

Asimismo, el alcalde invitó a Conchita a regresar al Ayuntamiento para entregarle ella misma el sobre, cosa que rechazó al entender que ella ya había cumplido su misión y que confiaba plenamente en el regidor para completar la tarea.

El caso es que Tomás García se acercó en cuanto pudo al Ayuntamiento y allí el alcalde le pidió por favor que le mostrara su DNI para confirmar de nuevo que el hasta hace poco apenado era el dueño.

Ya en Alcaldía, Carlos González le hizo entrega del sobre y también de su teléfono tras ponerse en contacto con Conchita para que ambos pudieran hablar.

El propietario, en parte emocionado, entabló una agradable charla con su «salvadora», en la propia Alcaldía, a la que además prometió un décimo de la «Maredéu» como muestra de agradecimiento.

Carlos González, como protagonista involuntario, destacaba ayer sobre todo «el detalle de honradez de la señora al dirigirse a su Ayuntamiento para que encontráramos al propietario». Final feliz.