El juicio con jurado por el presunto asesinato del profesor jubilado de Elda Miguel Lloret Candela, que murió con 71 años atropellado de madrugada en 2003 en una calle de La Mata, en Torrevieja, se inició ayer con su pareja sentimental y el hijo de ambos como acusados, para quienes el fiscal y la acusación particular piden veinte años de cárcel. La mujer negó ayer que tanto ella como su hijo tuvieran participación alguna en la muerte del hombre, negando la tesis de los investigadores y de la instrucción, que apuntan a que se reunieron con él en un bar de La Mata y le esperaron en un coche para embestirle a su salida y dejarle malherido en la calle hasta que falleció horas después. Las acusaciones pública y particular creen que el móvil del asesinato son los celos de la mujer al saber que el hombre le era infiel, pero la acusada relató ayer que sabía que su pareja tenía relaciones con varias mujeres y que por ello se habían separado y él se había mudado a Torrevieja, algo a lo que ella misma le animó porque sólo quería «que fuera feliz».

La mujer, que no relató esa situación a la Guardia Civil en su primera declaración, aseguró ayer en el juicio que lo ocultó porque intentaba proteger la imagen pública del hombre que había sido su compañero durante 30 años, que tenía buena reputación en Elda (donde había dado clase durante muchos años en una academia privada, por lo que era muy conocido), y negó haber discutido con él, haberle visto aquella noche de enero de 2003 en Torrevieja y haber participado en su atropello, aunque aquel día por la tarde ella decidió cortar definitivamente el contacto con él.

El cadáver del hombre fue encontrado de madrugada el sábado 25 de enero de 2003 y según la autopsia presentaba numerosas heridas a consecuencia de un atropello y un golpe mortal en la cabeza. Las defensas tanto de la mujer como del hijo de ambos aseguran que hay pruebas suficientes para exculparles: Que en la ropa del hombre apareció sangre que no coincide con ninguno de los tres, que la carbonilla del tubo de escape que apareció en los tejidos no es la del coche de ella, que presentaba una tasa de alcohol cercana al coma etílico o que desaparecieron algunos de sus efectos personales y que en el cadáver se identificaron signos de que hubiera mantenido relaciones sexuales aquella misma noche, todo ello cuestiones que no encajan con el relato de los hechos del fiscal y que dejan abiertas hipótesis como que le robaran, se golpeara al estar ebrio o fuera atropellado accidentalmente. Por tanto, el abogado defensor de la mujer dijo que la Guardia Civil no buscó al verdadero culpable al enfocar su investigación sólo al móvil pasional.

Contradicciones

Las acusaciones se basan en supuestas contradicciones de los acusados a lo largo de la instrucción y en escuchas telefónicas que llevaron a sus detenciones en 2005 al entender la Guardia Civil de sus conversaciones que conspiraban para ocultar el crimen. En el registro de la vivienda de la mujer se encontraron objetos del hombre que según algunos testigos llevaba consigo la noche en que murió.

Todo ello se tendrá que aclarar a lo largo de la semana en el juicio (hoy con la declaración del hijo) en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Elche, en el que es ya el tercer intento puesto que en dos ocasiones anteriores se había suspendido: En diciembre de 2014 por la ausencia de un abogado y en junio de 2015 por un fallo en la transcripción de las escuchas telefónicas, que no estaban minutadas para ser reproducidas.